El recital que demuestra que la poesía mística no es un rollo

Ana Contreras y Raúl Losánez continúan con su defensa a ultranza del recital como espectáculo por derecho propio. Eso es lo que ha demostrado Esta divina prisión desde su estreno en el Teatro de la Comedia en el otoño de 2019 y, por ello, vuelve a la capital (a La Abadía) después de haber pisado plazas como Almagro, Olite, Úbeda, Alcalá... «Nace como una apuesta», explica el responsable de la dramaturgia y de la selección de textos: «Es fruto del deseo de defender la palabra poética sobre un escenario y dar una verdadera entidad teatral a la poesía lírica, abandonada por norma en las programaciones. Debe tener cabida porque permea, llega y mueve al espectador con la misma potencia que una obra dramática al uso. Lanza un pequeño dardo al corazón y otro a la mente».

Así es la reivindicación de un espectáculo poético que hace un recorrido por toda la historia de la literatura en español desde el Renacimiento hasta el Modernismo, «deteniéndose en esos autores que han reflexionado de una manera maravillosa sobre la mística –dice Losánez–: el sentido de la vida, qué pintamos en este mundo y qué nos espera más allá, en el caso de que nos espere algo...». «La mística es un fenómeno que aparece en todas las épocas y pueblos, aunque sus manifestaciones son culturales –añade Contreras–. Designa una experiencia inexplicable de gozo y libertad absolutas en la que el alma comprende todo, y las distintas vías de acceso a ese momento de éxtasis».

Por ello, Esta divina prisión une «voces muy variopintas», puntualiza el también crítico teatral. Se recogen autores que sorprenderán y que nadie vincula de inicio a la temática, como Bécquer, Espronceda o Pardo Bazán. Firmas «muy particulares que tienen mucho que aportar», aunque buena parte del protagonismo es de ellas. «Hemos querido que la voz femenina esté muy presente. Ha sido opacada como todos sabemos por las clases dominantes y por cómo se ha ido construyendo la Historia. La literatura mística nace al amparo de la vida conventual y es practicada originalmente, y sobre todo, por mujeres. De ahí han bebido todos los grandes autores vinculados con la mística y también los que han desarrollado su carrera por otros vericuetos más mundanos, como el del amor cortés». Sor María San José, Sor María la Antigua y Sor Isabel de Jesús son algunas de esas voces a las que la función rinde homenaje: «Creemos que nunca han estado en el lugar que merecen», asegura Losánez.