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El Brujo: "Alterno a Lope con un chiste para que se entienda"

Este heredero de los juglares medievales abre el telón de la Comedia con "El viaje del monstruo fiero", un texto que recuerda su propio viaje en torno a los clásicos áureos

El Brujo vuelve a poner el colofón al "Olmedo Clásico"
El Brujo estrena en la Comedia su nuevo montajeSergio Parra

Rafael Álvarez "El Brujo" (Lucena, 1950) pensó que con la covid se terminaba su carrera, pero no. Ni el teatro ni él han dejado de existir. "Y mira que el teatro está mal", dice, aunque inmediatamente recule: "La verdad es que el teatro ya estaba mal con Lope... Lo que pasa es que ahora los Ayuntamientos hacen cosas tan increíbles como que alquilan los teatros como si fueran naves industriales. Les da igual que hagan un karaoke, una obra o un partido de fútbol. Eso les importa un bledo. Solo quieren el dinero y hacer negocio de una manera tosca. Es tanto dinero que las compañías pequeñas ni lo intentan...", denuncia El Brujo.

Le duele al actor la situación de la industria, pero, superados los virus, es consciente de que "el teatro ha tenido mucha fuerza y siempre la tendrá. Superamos la covid... y también el IVA. La gente pagaba un 21% por representar a Lope y otros un 10% por ver el fútbol... Eso es aberrante y la sociedad lo permitió. Los actores estábamos debilitados por el miedo a qué pasará mañana y no tuvimos la fuerza de plantar cara".

No dejarán de sonar los Lope, Calderón, Quevedo o Shakespeare. Hitos de la literatura dramática y, sin embargo, entes "necesitados de una figura fundamental" como la suya, la del actor, señala Lluís Homar, intérprete y director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. "Desde Marsillach, esta casa no tuvo un actor al frente", puntualiza un Brujo que, por ello, no dudó en volver a tocar esta puerta "tras años haciéndolo". "Llamó hace un par de años y sabíamos que queríamos contar con él", cuenta Homar. Para el director de la CNTC, Rafael Álvarez "El Brujo" forma parte de la estirpe de Juan Rana o La Baltasara, dos personajes sobre los que ha programado montajes en este tiempo: "Es un ejemplo de ese calibre. Sin ellos, autores maravillosos se quedarían en el cajón".

Lope, Cervantes, Santa Teresa, Quevedo y San Juan de la Cruz −"todo por el precio de uno"−sirven ahora de excusa para que El Brujo pise por primera vez la Comedia −"bueno, me contrataron para un día...", ríe−, el teatro que le transmite "resonancias y presencias" y del que todavía recuerda "un Tartufo, a Nuria Espert en Yerma y Castañuela 70, que rompió moldes". Del 9 al 26 de marzo el actor se sube al escenario de la calle Príncipe con El viaje del monstruo fiero para tirar de una loa de Lope de Vega de 1607 y resolver el enigma: "¿Cuál es aquel monstruo fiero que nació de nobles padres y parió una madre sola y de muchas madres nace?"... Y, a partir de ahí, El Brujo emprende un viaje personal a través de diferentes textos de autores clásicos que sirven para dar vida al hilo conductor de la obra, su propia biografía teatral para poner en valor la permanencia de los comediantes del Siglo de Oro "de los que se siente heredero", presenta la CNTC.

El Brujo vive de "la necesidad como ley de vida", como cuando el bufón le dice a Lear lo maravillosa que es la necesidad, "que convierte una cabaña en un palacio". Él ha vagabundeado, "sobrevivido" −dice−, siempre con bastante éxito, por cualquier plaza de España. "Por el barroquismo de los versos he tenido que alternar el texto de Lope con un chiste para que se entendiera", comenta. Pero "si solo viviera de la necesidad todo estaría a ras de tierra" y es por eso que "la inspiración de los clásicos" es su otro motor.

Hace años que, al llegar a Valencia para un bolo, una mujer se le acercó y le dijo: "Ha nacido para darle a los clásicos una cosa especial". No lo entendió en el momento, "pero sí con el paso de los años". "Los clásicos están muertos y solo viven cuando alguien tiene una revelación a partir de ese lenguaje. Reviven cuando conectan con tu vida y les encuentras un sentido. Te limpian, te transforman, te elevan como el que recita un mantra". Es así como el actor ha ido "descubriendo el poder de las palabras de los clásicos, que me han curado. Son palabras pautadas con arreglo a una conciencia muy diferente a la de hoy y en la que la divinidad tenía lugar en la vida de las personas, la sacralidad formaba parte de la existencia. Y eso, por ejemplo, está en Lope".

Llega así El Brujo al Teatro de la Comedia "gracias a que no me he jubilado con 65", bromea. Llamó y llamó "por el reconocimiento. Queremos ser amados y considerados. Igual que Máximo Huerta le preguntaba constantemente a su pareja si le quería, hasta que entendió que era un signo de fragilidad... Pues ahora yo pregunto si quieren, cojones, que me quedan pocos años...", ironiza un andaluz que, en este viaje de años, reconoce haber ganado, sobre todo, "seguridad".

Son muchas décadas, medio siglo, las que este heredero los juglares medievales lleva subido a las tablas y "siempre hace lo mismo", le recriminan ante su imperturbabilidad: "He aprendido a ver lo relativo que es todo. Con 30 años te emocionas, tienes miedo, nervios... Pero al final te das cuenta de que lo que haces no es tan importante como el trabajo de un cirujano, que si se equivoca te desgracia la vida". El Brujo hace y deshace, juega con los textos hasta que son suyos. Se apropia de los clásicos áureos y modernos, incluso de "monstruos" como Fernando Fernán Gómez, también presente en este espectáculo: "Aquí relato algo que me ocurrió en el Teatro Español, donde hicieron pusieron su féretro. Narro ese día y una cosa que pasó en ese momento con José Luis López Vázquez".

Rafael Álvarez estuvo cerca de ser la antítesis de Fernán Gómez; dos actores y amigos, pero opuestos en sus caracteres. Todavía recuerda El Brujo el Lazarillo, en versión de su colega, que interpretó: "Su adaptación estaba metida en una turmix y vino a verme. Al terminar me dijo: 'Lo que haces no tiene nada que ver con lo que he escrito, pero es genial'... Hay que ser grande para olvidarte de tu versión", comenta de esta "gloria nacional", en boca de Homar.

En definitiva, el actor estrena un texto en el que no dejará de ser él y de "hacer lo mismo", pero en el que busca aglutinar los textos que tienen que ver con los clásicos del Siglo de Oro y con los juglares, "como cuando se habla del Grial, que siempre son las mismas historias, pero lo que importa es el Grial como metáfora del corazón, el centro radial de la vida, una potencia que hace que la vida sea vida. Eso se convierte en la esencia del glorioso teatro del Siglo de Oro, que gira en torno al corazón como misterio", cierra el intérprete.

Por cierto, "SPOILER", "aquel monstruo fiero que nació de nobles padres y parió una madre sola y de muchas madres nace" es el mismo Brujo, "el actor", resuelve el protagonista.

Rafael Alvarez "El Brujo"
Rafael Alvarez "El Brujo"KIKE TABERNERKike Taberner