"Off" madrileño

"Cola de pez": la vida no es un cuento de Disney, ni mucho menos

Un niño coplero de los 90 les sirve a Egoitz Sánchez y Javier Lara para presentar una pieza que habla de toda una generación

Egoitz Sánchez, que acaba de visitar La Abadía con "Altsasu", interpreta en solitario "Cola de pez"
Egoitz Sánchez, que acaba de visitar La Abadía con "Altsasu", interpreta en solitario "Cola de pez"Exlímite

Un vídeo de Egoitz Sánchez llamó la atención de Javier Lara: «¿Quién es ese?», le preguntó. «Yo», respondió el protagonista. Poco tenía que ver el Egoitz de 2020 con el de los años 90; en aquellas cintas aparecía un niño disfrazado «en todas las tomas» –remarca Lara–. Muy lejos del hombre con bigote y musculado que es hoy. Pero eso es la vida. Cambio. Aquellos pinitos en el mundo de la actuación sirvieron de excusa para levantar lo que hoy es Cola de pez, donde Lara y Sánchez firman a cuatro manos un texto dirigido por el primero e interpretado por el segundo. La estética recuerda a la de Rodrigo Cuevas: «Nos lo dicen mucho. No era la intención, pero sí puede haber sido un referente inconsciente en lo estético».

El niño de la función, crecido en el País Vasco de los 90 –«donde se veía mucho la televisión y se escuchaban poco palabras como "acoso" o "hipersexualización"»–, también tuvo sus referentes: su pasión son las muñecas, las coplas y las folclóricas, No el Equipo A. Y el tándem aprovecha la situación para hacer «un cuadro generacional de cómo se educaba, de la televisión que amábamos, de qué tipo de filtros había o de cómo era una violencia que hoy mutó», explica el director. «Hablamos en base a nuestras experiencias, pero lo que se construye es un relato que se hace común, colectivo. Está lejos de ser un acto de egocentrismo; es todo lo contrario», puntualiza de un espectáculo onírico coplero.

Las anécdotas de la propia vida de Egoitz Sánchez sirven de chispa para crear una ficción que «no renuncia al amor»: «Hablamos de un niño que sufre de alguna manera bullying, y que, contra pronóstico, lo transforma en algo bueno. Hace de ello una fantasía». En ese imaginario para armar la función, una libérrima versión de La Sirenita –«la de Andersen, no la de Disney, ni mucho menos»– aparece para preguntar: «¿Quieres desprenderte de tu cola de pez?».

«Desde nuestra mirada particular, reflexionamos sobre cuestiones que vertebran sensiblemente la biografía de diversas generaciones, preguntas que se despliegan a lo largo de la historia –presenta el dossier–: ¿Cuánto espacio de libertad nos queda dentro de la norma? ¿Cómo descubrir quiénes somos cuando lo que más se parece a lo que sentimos, a lo que deseamos, es una etiqueta, o sea, una ficción? ¿Cómo percibir las cualidades genuinas de nuestro niñx cuando lo primero que aprendemos es a ser deseables?».

  • Dónde: Espacio exlímite, Madrid. Cuándo: hasta el 3 de marzo (de viernes a domingo). Cuánto: 14 €.