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Teatro

Crítica de 'Magia': La faceta teatral de Chesterton ★★☆☆☆

Aún sigue coleando el 150º aniversario del escritor, que tuvo lugar en 2024 y que ha ido dando algunos inesperados e interesantes frutos relacionados con el arte escénico

'Magia' ocupará el escenario del Pavón, en Madrid, hasta el 29 de junio
'Magia' ocupará el escenario del Pavón, en Madrid, hasta el 29 de junioTeatro Pavón

Aún sigue coleando el 150º aniversario de Gilbert Keith Chesterton, que tuvo lugar en 2024 y que ha ido dando algunos inesperados e interesantes frutos relacionados con el arte escénico. En enero de 2025, la editorial Renacimiento publicaba el ‘Teatro completo’, prácticamente desconocido en España, del famoso novelista y ensayista inglés, un libro compuesto de cuatro títulos -‘Magia’ (1913), ‘El juicio del Dr. Johnson’ (1927), ‘La sorpresa’ (1932) y ‘El pavo y el pavor’ (1930)- que permite descubrir y apreciar la poco explotada vertiente dramatúrgica de uno de los autores más agudos y sagaces de la historia de la literatura. Apenas un mes antes de la salida al mercado de ese libro, se estrenaba por primera vez en España, en el Teatro Palacio Valdés de Avilés, la primera de las comedias mencionadas, ‘Magia’, en un montaje que no consigue aprovechar bien las posibilidades del texto y que ha recalado ahora en Madrid.

Adaptada y dirigida por el cineasta Emilio Ruiz Barrachina, la obra parte argumentalmente de la llegada de un mago a la casa de un duque, donde se dispondrá a hacer una exhibición de su arte. En esa casa se encuentran un sacerdote, un médico y el sobrino y la sobrina del duque (en esta versión se han fundido en uno solo los personajes del sobrino y el médico). Los enfrentados puntos de vista sobre la posibilidad o no de que la magia exista y, por añadidura, sobre el papel que desempeñan el misterio y la ciencia en nuestra existencia determinan el desarrollo de una comedia planteada aquí de un modo bastante plano y convencional.

Convertidos por su autor en satirizados arquetipos sociales y filosóficos, el verdadero interés de los personajes, sobre el papel, reside en su condición ínfima dentro del insondable universo; en su naturaleza ridícula, a veces tierna y a veces exasperante. Es una obra que tiene algo del ingenio verbal de Wilde y que, sobre todo, anticipa rasgos del humor simbolista que en España cultivó Azorín como pocos, de la comedia disparatada y surrealista del primer Mihura y de Jardiel e incluso del teatro del absurdo que revolucionaría Europa poco después. Sin embargo, parece que Ruiz Barrachina ha preferido no arriesgar en el lenguaje circunscribiendo todo a los códigos del teatro comercial y apostando por una suerte de falso realismo que malbarata, haciéndola sensiblera, la dimensión poética que se advierte en el texto original.

Tampoco ayudan mucho, desde luego, las interpretaciones, bastante acartonadas en general y, en el llamativo caso del personaje de la sobrina, sin atisbo alguno de vigor, técnica y verdad escénica.

  • Lo mejor: La iniciativa de llevar a los escenarios el poco conocido teatro de Chesterton.
  • Lo peor: Encajada artificiosamente en los consabidos códigos del teatro comercial, la comedia no encuentra el ritmo ni el tono precisos.