Crítica de teatro

"El fantasma de la ópera": Misterio, romance y mucho espectáculo

En unos pocos años nos hemos acostumbrado a ver, en estudios y artículos, el nombre de Madrid entre las tres o cuatro ciudades del mundo que más musicales estrenan

"El fantasma de la ópera" estará en Madrid hasta mediados de enero
"El fantasma de la ópera" estará en Madrid hasta mediados de eneroLetsGo

Libreto: Andrew Lloyd Webber y Richard Stilgoe. Letras: Charles Hart y Richard Stilgoe. Música: Andrew Lloyd Weber. Director y diseño de escenografía: Federico Bellone. Interpretación: Gerónimo Rauch, Talía del Val, Guido Balzaretti... Teatro Albéniz, Madrid. Hasta el 14 de enero de 2024.

En unos pocos años nos hemos acostumbrado a ver, en estudios y artículos, el nombre de Madrid entre las tres o cuatro ciudades del mundo que más musicales estrenan y más facturan con ellos. No obstante, creo que nunca habían coincidido en la cartelera, como ahora, tantos títulos importantes o llamativos a la vez. Uno de ellos, sin duda, es El fantasma de la ópera. La famosa adaptación de la novela homónima de Gaston Leroux con partitura de Andrew Lloyd Webber, estrenada originalmente en 1986, ha llegado al Teatro Albéniz envuelta en una impecable producción que cuenta en su reparto con poderosos reclamos para el público más especializado en el género, como son Gerónimo Rauch, en el papel del fantasma; Talía del Val, incorporando a su idolatrada musa; y Guido Balzaretti, dando vida al enamorado de esta, el vizconde Raoul de Chagny. Las interpretaciones en el plano estrictamente musical −sin tener en cuenta la deficiente toma de sonido el día que un servidor vio la obra−; el admirable diseño de la escenografía, espectacular y funcional al mismo tiempo; el uso de la luz, para generar un clima tan sombrío e irreal como corresponde a este tipo de historias posrománticas; y, por último, los vistosos juegos escénicos que salpican la representación, y que incluyen ciertos números de magia, son más que suficientes para que cualquier espectador sin excesivas pretensiones pase una buena tarde de teatro y llegue, además, a sobresaltarse en alguna que otra ocasión.

Es esa factura formal lo mejor de un espectáculo que se levanta, todo sea dicho, a partir de un libreto bastante "regulero", en el que ni siquiera las líneas argumentales más generales de la novela están bien expuestas, y de una partitura que, exceptuando el precioso tema Carnaval, carece, por su tendencia operística, de las melodías pegadizas que uno desea encontrar en este tipo de propuestas populares. A este respecto hay que añadir que hubiese sido conveniente el uso de sobretítulos, como se hace en la zarzuela y en la ópera, ya que la propensión a lo lírico –hay escenas que se hubieran resuelto mejor dialogadas que cantadas− dificulta aún más la comprensión del texto y de las letras. Algunas de estas, por cierto, como es el caso de Angel of music, se han quedado un poco anticuadas y piden a gritos una adaptación que vaya más allá de la simple traducción, porque, si ya son bastante simplonas en inglés, en castellano suenan como si las cantara un indio arapahoe. Pero, claro, no es habitual que los dueños del producto original permitan tales cambios.

En cualquier caso, nada de lo dicho es óbice, como ya señalaba, para disfrutar en conjunto del buen artificio escénico y sensorial en el que se enmarca la historia y para saber apreciar, por tanto, la calidad del montaje.

  • Lo mejor: Es un producto muy vistoso, en ocasiones deslumbrante, con una buena ejecución musical.
  • Lo peor: El esquemático libreto y la narratividad algo ñoña de algunas letras.