La bailaora jerezana Mercedes Ruiz trae a Madrid su honestidad y fuerza
Mercedes Ruiz lleva 26 de los 32 años que tiene bailando por todo el mundo y en ese tiempo ha aprendido que su fortaleza reside en la honestidad con la que sube a los escenarios, por eso su nuevo espectáculo, con el que estará en el Teatro Fígaro de Madrid hasta el viernes, se llama "Baile de palabra".
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La jerezana explica a Efe que este nuevo montaje es "muy flamenco", es decir, generoso en arte y emoción, y a la vez minimalista, sólo ella, la guitarra y el cantaor en escena, porque ha querido "expresar más con menos".
"Es todo un reto porque cuanta más gente te acompaña más arropada te sientes, pero quería algo que fuera una perfecta armonía entre la música, la voz y el movimiento y que no se escapara ningún matiz", describe.
De eso ella sabe mucho porque cuando llevaba dos años aprendiendo a bailar en una academia, es decir con 6, se enroló en la compañía de Manuel Morao, "que necesitaba cuatro niñas para su nuevo espectáculo", y empezó a viajar "con una troupe"por todo el mundo.
Aunque no le resulta nada raro estar un día aquí y otro en Estados Unidos o en Japón si le llama la atención el auge que el flamenco está teniendo en países como China, donde acaba de dar, en Taiwan, un curso intensivo a aficionados y a "profesionales".
"Es impresionante el nivel que han conseguido en baile en solo 9 años. Aún les queda mucho camino en cante y guitarra, pero en baile es muy meritorio lo que han logrado y encima allí no hay tablaos, así que todo es de viajar a España y hacer cursos y practicar una y otra vez", se admira.
A la larga, vaticina, China quitará el liderazgo en el flamenco a Japón, "aunque todavía les cueste la misma vida meterse en el compás", se ríe.
Ruiz tiene su propia compañía y escuela, que creó en 2003 en Jerez, y a pesar de que actúa a menudo en España, vivir del flamenco en España, "es muy difícil".
"Menos mal que están los chinos", bromea de nuevo la artista, que cree que tiene sus "poderes"en la fuerza de sus pies y la forma en la que cuenta cosas con sus manos.