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El laboratorio de Sanchis Sinisterra sigue dando sus frutos

El Teatro Fernán Gómez estrena "Los desiertos crecen de noche", un espectáculo con música en directo construido con piezas de teatro breve del autor valenciano
De izda. a dcha., José Luis Patiño, David Lorente, Clara Sanchis y Concha Delgado
De izda. a dcha., José Luis Patiño, David Lorente, Clara Sanchis y Concha DelgadoIsabel del Ocampo

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«Cuando escribí este montoncito de obras breves que denominé teatro menor, llevaba años escribiendo obras largas, relativamente sesudas, comprometidas, bastante realistas, creía tener la misión de que con el teatro había que pegar martillazos al mundo, pero en estas me convertí en una especie de alquimista, empecé a desguazar el teatro, a desmontar sus piezas en clave de humor, de poesía, misterio y absurdo y me di cuenta de que había conquistado algo parecido a eso que podríamos llamar, libertad de creación», esto explica José Sanchis Sinisterra de las breves piezas teatrales que forman parte de lo que denomina su «laboratorio personal», un rincón donde se permite «la máxima libertad en torno a los tozudos interrogantes que plantean la creación y la vida».
«Los desiertos crecen de noche» es un espectáculo con música en directo construido con diez de esas pequeñas piezas antológicas de Sanchis Sinisterra que, dirigido por Clara Sanchis y David Lorente, se estrena en el Teatro Fernán Gómez interpretado por ellos mismos junto a Concha Delgado y José Luis Patiño.
«Estas obras breves fueron para él un espacio de libertad y de investigación donde experimentó elementos que cambiaron su escritura, porque le hizo cuestionarse la realidad en sus textos, atravesar algunas fronteras, escribir de forma más libre aún y, sobre todo, más humorística», afirma Clara Sanchis, codirectora e intérprete del espectáculo. «Hemos cogido estas diez piezas y las hemos hilado en un espectáculo casi onírico porque nos dimos cuenta que el lenguaje de los sueños estaba muy presente en ellos, hilados con unos hilos secretos que el espectador debe descubrir, con la estructura de las muñecas rusas donde al tiempo que cuentas diez pequeñas historias estás contando una».
Un viaje al mundo de los sueños que plantearon «como un juego de principio a fin, hecho de una manera muy esencial porque está basado en el poder del lenguaje, la música y los actores, nada más –resalta la actriz–. Un juego donde los intérpretes van y vienen continuamente desde sus instrumentos [teclado, percusión, trompeta y voz] a sus personajes por un laberinto de historias».
La obra es un microcosmos atravesado por el humor, el misterio y la imaginación, que juega con el poder de la palabra y sus imprevisibles trampas. «En la jungla del lenguaje acechan mis peligros –escribe Sanchis Sinisterra en “Dos tristes tigres”–. Hablar es un avatar de la lucha por la supervivencia, un juego bélico, con sus reglas y trampas, un pacto de no agresión que continuamente es violado. Hablar es actuar, inducir, sojuzgar, paralizar, desarmar, aniquilar... Hablando se enciende la gente». Y esta es «la clave de la función», afirma la directora: «¿Qué hacemos cuando nos hablamos? Los textos zarandean a los personajes a través de las palabras, de las que reciben y de las que dicen, todos están ebrios de palabras, luchan con ellas y las utilizan como armas de guerra, de amor y comunicación».
Y prosigue: «La riqueza de estos textos es impresionante, por su enorme despliegue poético y humorístico, pero hemos querido jugar, sentirnos libres y utilizar la música también, que, además de ser algo muy importante en nuestras vidas, nos parecía un contraste muy bello –apunta Sanchis–, nos pareció que la música nos ayudaba a crear climas y a unificar, a transitar por una serie de emociones con ese poder emotivo tan fuerte que tiene (...) Es cierto que el espectáculo tiene una carga intelectual muy potente, pese a ser muy divertido, que tiene ese aspecto exigente, pero que, a la vez, es un espectáculo muy estimulante y la música nos daba ese color», concluye.
  • Dónde: Teatro Fernán Gómez, Madrid. Cuándo: del 10 de febrero al 5 de marzo. Cuánto: 18 euros.