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Las Malvinas, 36 años después

Lola Arias reaparece en Madrid con «Campo minado», donde seis soldados de la guerra de 1982 cuentan sus experiencias.

Uno de los seis ex combatientes del montaje
Uno de los seis ex combatientes del montajelarazon

Lola Arias reaparece en Madrid con «Campo minado», donde seis soldados de la guerra de 1982 cuentan sus experiencias.

Considerada como uno de los grandes referentes internacionales del teatro documental, la argentina Lola Arias desembarca en Madrid con «Campo minado», un montaje sobre la guerra de las Malvinas que no ha dejado de mutar y crecer desde que se estrenó en 2013 como videoinstalación. Esta versión para las tablas –que ya se ha visto en 25 países–, un libro homónimo y una premiada película que adoptó el título de «Teatro de guerra» jalonan el largo recorrido de un proyecto que tiene como protagonistas a seis ex soldados, tres ingleses y tres argentinos, que participaron en la contienda.

En su dramaturgia, la aclamada artista multidisciplinar transforma el espacio escénico en una suerte de set de grabación en el que los protagonistas van desgranando sus recuerdos para constituir el relato común de un triste acontecimiento que a ella le marcó profundamente. «Yo crecí en Argentina en los 80, y para la gente de mi generación de allí esta guerra estuvo presente de una manera radical –explica Arias–. Recuerdo perfectamente cómo las maestras nos enseñaban, siendo yo aún una niña, a meternos debajo de una mesa en caso de bombardeo. Y recuerdo también a los veteranos vendiendo revistas y pidiendo dinero porque no tenían ningún reconocimiento ni ayuda social. Son cosas que siempre he tenido grabadas. A partir de ahí, me pregunté cuáles podrían ser los recuerdos de los veteranos».

Las confesiones de los ex combatientes se mezclan con la proyección de imágenes y documentos estrechamente ligados a la contienda en un espectáculo cuya gestación ha proporcionado también alguna enseñanza a su creadora. «Yo tenía la idea previa de que los argentinos habían sufrido más que los ingleses los daños colaterales de la guerra –explica a LA RAZÓN–, porque el 70% de los que lucharon del lado argentino eran conscriptos (soldados que aún están recibiendo la instrucción militar). Sin embargo, durante el proceso de creación, me di cuenta hablando con los ingleses de que nadie está preparado para la guerra y que esa experiencia afecta a profesionales y no profesionales de una manera absoluta. Eso me ayudó a entender que en ambos lados hubo muchos problemas para lidiar con las consecuencias». A lo largo de un lustro, la autora argentina ha estado realizando un proceso de investigación que incluía entrevistas con los veteranos, fruto del cual seleccionó a los seis que protagonizan el espectáculo. Sin embargo, como ella misma confiesa, no fue fácil convencerlos para que participaran conjuntamente en él: «Es verdad que del lado argentino había un mayor resquemor de participar en el proyecto; sobre todo, porque, como dice en la obra Marcelo Vallejo (uno de los veteranos), “hay que aprender a odiar para disparar y es muy difícil desprenderse de ese odio”. Lógicamente, para Marcelo la idea de estar con un soldado inglés y compartir sus recuerdos con él era algo impensable. Sin embargo, cuando se produjo el encuentro, todos se dieron cuenta de que había muchas más cosas en común de las que imaginaban».

Sin conciliación

Han pasado 36 años desde aquella controvertida guerra que se saldó con un millar de muertos –dos tercios argentinos– sin que el distanciamiento ni el entendimiento artístico y personal hayan podido facilitar la conciliación política o ideológica acerca de un territorio que Naciones Unidas sigue considerando de «soberanía no definida». «Este no es un proyecto sobre la soberanía de las islas. Los argentinos siguen manteniendo que las Malvinas son argentinas y los ingleses dicen que los isleños son ingleses. Pero, más allá de ese desacuerdo ideológico, han sabido trabajar y crear juntos “Campo minado”».