Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol
Ana Mayo se marca un Juan Palomo en esta pieza: es autora, directora e intérprete
Ana Mayo se marca un Juan Palomo en esta pieza: es autora, directora e intérpreteGeraldine Leloutre

Madrid Creada:

Última actualización:

Todo empezó el día que la abuela de Ana Mayo cumplió 90 años. Un 23 de marzo. De forma automática, la actriz escribió "cinco o diez folios", recuerda. "90 años son muchos, empezaba la cuenta atrás". Asegura Mayo que le invadió el miedo de "no recordarla en el futuro o de hacerlo de manera desdibujada", por lo que encontró en esas páginas la manera de conservar a una abuela "que, en la vida real, no se llama Carmen", puntualiza.
A los dos años murió y fue durante la pandemia cuando surgió la necesidad de retomar la idea. Volvió al texto con la idea de que "fuera un cuentito que encuadernaría y compartiría con mi familia. Una cosa bonita". Sin embargo, aquellos balbuceos al aire mientras escribía fueron empujando el proyecto al escenario. "Pasaba de la narrativa a una cosa más teatral".
Pero el paso definitivo lo dio cuando enseñó la historia a Carlos Tuñón. El autor le dijo "haz la obra". Y la obra se hace ahora realidad en el Fernán Gómez bajo el nombre de Mi abuela no se llama Carmen. "Un canto a los mayores, a una vida sin alaracas y llena de pequeños y grandes conflictos", presenta Juan Carlos Pérez de la Fuente en la que es su primer estreno como director del centro.
"Debemos hacer por estar al lado de los mayores", concluye Mayo de este viaje de una nieta que redescubre a su abuela en los últimos momentos que pasaron juntas. "Una mujer fuerte y con el entusiasmo de una generación que tuvo la oportunidad de reinventar este país. Y lo hicieron con generosidad y entusiasmo".
Comenta la actriz que le llamó la atención descubrir pasajes de la vida de su abuela que no conocía, como su estancia en un campo de refugiados: "Han mantenido un silencio que nos ha protegido. Dejar eso atrás y mirar a un futuro brillante es un acto de amor". A través de su protagonista, la historia habla de la vida y de la muerte, de la memoria histórica y de la falta de memoria. "Sin subrayar nada, pero está todo. Lo importante es vivir, casi nada", continúa Pérez de la Fuente. De experiencias no contadas, de un pasado algo oculto que dibuja a una nueva abuela que ya había empezado a desdibujarse. De decisiones vitales a las que solo las mujeres se enfrentan, se habla de gestación, maternidad y soledad. La amistad y la familia como puntos cardinales. Antiguas lealtades, herencias invisibles y memorias ancestrales, como una partitura que debiéramos seguir.
Según Mayo, "se impuso la necesidad de compartir" una historia que también ha contado con el asesoramiento escénico de Fernanda Orazi: "Tengo la certeza de que algo resuena de una forma diferente en nuestro interior cuando pensamos en nuestras abuelas. La mía, mi yaya, fue excepcional porque era la mía y estoy convencida de que a muchas de las que estáis aquí, os pasará algo parecido con la vuestra. Cuando nos colocamos en el papel de nietas aparece algo muy pueril, se impone una bondad, una mirada 'buena' en la que raramente cabe el cinismo, la ironía, el sarcasmo o la burla. Desde este amor se fue hilvanando el texto, a modo de homenaje".
La obra es un monólogo pensado para ser dicho apelando directamente al público, no solo al contarle las historias y secretos de esta Carmen, "sino también al compartir las reflexiones y emociones que a lo largo de este viaje de despedida afloran en la nieta. "El espectador acompañará a Carmen y a su nieta a lo largo de dos años. En escena conviven diferentes capas espacio-temporales donde la actriz va saltando de una a otra, haciendo de 'Carmen', de 'nieta' o de 'autora' de la propia historia", explican.
  • Dónde: Teatro Fernán Gómez, Madrid. Cuándo: hasta el 17 de marzo. Cuánto: desde 14 euros.