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Pérez de la Fuente, a la caza de los públicos «dormidos»

El nuevo director artístico del Teatro Español de Madrid, Juan Carlos Pérez de la Fuente, exdirector del Centro Dramático Nacional entre 1996 y 2004, tiene claro que si algo caracteriza al teatro en la actualidad es la diversidad, y por ello su objetivo es captar nuevos públicos, esos que están "dormidos". Pérez de la Fuente estará los próximos cuatro años al frente del Teatro Español, al que considera "la gran casa del teatro madrileño, español y universal", donde sustituye en el cargo a Natalio Grueso, tras haber sido seleccionado entre 27 candidaturas.

Este director de escena y productor teatral (Talamanca del Jarama, Madrid, 1959) fundó en 1980 una compañía de teatro independiente con la que comenzó a dar sus primeros pasos y en 1989 pasó a dirigir la Escuela de Teatro del Centro Cultural de Las Rozas.

Entre los años 1990 y 1996 desarrolló una intensa actividad como director de un importante número de producciones, para pasar a dirigir el Centro Dramático Nacional (CDN) durante ocho años.

En 2004 retomó su profesión de forma privada, creando la compañía Pérez de la Fuente Producciones, con la que puso en marcha numerosos montajes, por los que ha obtenido distintos galardones y reconocimientos.

En el programa de actuación que presentó al proceso de selección, Juan Carlos Pérez de la Fuente recalcó que el Teatro Español debe estar "a la altura de los nuevos tiempos, al lado o, si puede ser, por delante de la sociedad a la que sirve y de la que se sirve", adaptándose a las circunstancias económicas que concurran en cada momento.

Un espacio de libertad, de reflexión y análisis que, en su opinión, no tiene por qué estar reñido "ni con la emoción ni con el entretenimiento".

Por ello, Pérez de la Fuente apuesta por una institución abierta a las diferentes corrientes y tendencias de la creación escénica, aunque cree imprescindible contribuir a la consolidación del mejor repertorio español.

Por ello, prestará una especial atención a los autores españoles vivos, de tal forma que en la elección a las producciones a representar primará las que conecten más con los conflictos actuales, sin descuidar "el mejor repertorio universal", con una atención especial a la realidad teatral iberoamericana.

Los espacios del Teatro Español servirán a Pérez de la Fuente para apostar por la diversidad en busca de la excelencia artística, para lo que plantea la posibilidad de mantener las producciones más tiempo en cartel.

Para él, la Sala Principal del Teatro Español, debe seguir siendo un espacio en el que se reconocen "todos los amantes de la cultura", mientras que la Sala Pequeña, para la que propone un cambio de nombre, mantendrá su carácter intimista, "donde actores y público participen del hecho teatral de forma más directa".

Respecto a Las Naves del Español, que califica de referente teatral en Europa y América para "propuestas más arriesgadas", Pérez de la Fuente cree que convendría relacionarlas con el resto de las instalaciones ubicadas en el Matadero de Madrid.

El nuevo director del Español cree que se debe dar cabida al mayor número posible de creadores e incluso contar con la colaboración de figuras relevantes de otras disciplinas artísticas, como pintores, escultores o arquitectos.

En esta línea de actuación, Pérez de la Fuente insiste en la diversidad, de discursos y de creadores.

Para conocer los nuevos públicos a los que hay que dirigirse, De la Fuente sostiene la necesidad de realizar un estudio para saber a quiénes deben dirigir sus propuestas y poder convertirse en una institución "cercana, abierta y sensible"para que los colectivos de 183 países diferentes que se encuentran presentes en Madrid se vean también reflejados en los espectáculos del Español.

El mundo universitario, el turismo y los asistentes a los congresos que se celebran en Madrid son algunos de los objetivos de Pérez de la Fuente para alcanzar nuevos públicos.

Pero también recalca la necesidad de cuidar las instalaciones físicas del Teatro Español y propone analizar el embellecimiento de la fachada y eliminar los obstáculos en sus accesos.