Teatro

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«Tartufo, el impostor»: Los jetas ayer, hoy y siempre

Autor: Molière. Director: José Gómez-Friha. Intérpretes: Rubén Ochandiano, Marián Aguilera, Vicente León, Nüll García... Teatro Fernán Gómez. Madrid. Hasta el 11 de diciembre.

La Razón
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Venezia Teatro vuelve a mirar a los clásicos para tender un puente entre pasado y presente, y fija esta vez su atención en Molière y su conocido «Tartufo». La intención es doble: por un lado, señalar a los rufianes que se camuflan en la sociedad, en cualquier tiempo y lugar; por otro, realizar un nuevo ejercicio de estilo que viene a consolidar esa original forma que tiene la compañía de contar una historia sobre un escenario. Aunque se ha dicho siempre que esta obra es una crítica a los falsos devotos, Pedro Víllora ha entendido con buen criterio en su versión que no hay falsa devoción que no esconda una mala intención; quizá por eso ha soslayado la estrategia en la que se enmascara el engaño y se ha centrado más en la propia naturaleza de ese engaño y en las funestas consecuencias que puede tener dentro del entorno donde se lleva a cabo. Como consecuencia, nos encontramos aquí a un personaje, Tartufo, que no sólo es despreciable por su manipulación de la fe para apoderarse deshonestamente de los bienes de Orgón y su familia, sino que además nos deja al descubierto su peligrosa personalidad, la de un sociópata carente de cualquier principio que no sea el de la autosatisfacción ilimitada. En la puesta en escena, el director José Gómez-Friha llega a rizar el rizo con ese gusto suyo por hacer que la función transite entre lo convencional y lo irracional; entre un discurso realista sometido a una dramatización clásica y el más extravagante rupturismo con permanentes burlas metateatrales y guiños al absurdo. Digresiones rocambolescas, desconcertantes juegos de movimiento, giros drásticos en el habla y en la gramática, gracias escénicas que van más allá del texto... (y que incluyen a veces la parodia del propio texto). De todo hay aquí. Y lo curioso es que prácticamente todo funciona; nada llega a obstaculizar el meollo argumental. Al contrario, se diría que la acumulación de recursos ayuda a digerirlo cómodamente. Y lo que también ayuda notablemente, claro está, son las interpretaciones, entre las cuales destacan la de Vicente León –¡esa especie de John Malkovich a la española!– en el papel de Orgón; Marián Aguilera, que da un formidable nervio a Elmira; y Esther Isla, sencillamente espléndida en la piel de la Dorina más transgresora y divertida que nunca se haya visto.