Teatro

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Una ópera rock por los siglos de los siglos

Vuelve el musical de «Jesus Christ Superstar» a la Gran Vía madrileña con Ted Neeley, el mismo actor que protagonizó la película de Norman Jewison

Una ópera rock por los siglos de los siglos
Una ópera rock por los siglos de los sigloslarazon

Vuelve el musical de «Jesus Christ Superstar» a la Gran Vía madrileña con Ted Neeley, el mismo actor que protagonizó la película de Norman Jewison

En los años sesenta y setenta el rock alcanzó su mayoría de edad, era la expresión máxima de toda una generación, pero necesitaba evolucionar a metas más ambiciosas y complejas, y fue entonces cuando nació la ópera rock. La primera de muchas fue «Tommy», de The Who (1969), pero quizá ninguna sea tan representativa de ese nuevo género revolucionario como «Jesus Christ Superstar», nacida de la creatividad de Andrew Lloyd Webber (música) y Tim Rice (letras), con todos los parámetros necesarios para que una composición pueda catalogarse como ópera rock: teatralidad, un libreto con la línea argumental de una historia relatada y una partitura musical con guitarras eléctricas.

Disco antes que musical

Aunque la intención inicial de los autores era llevar la obra a los escenarios, no encontraban quien la produjera, así que, al contrario de lo habitual, grabaron un disco doble antes de representar el musical en un teatro. Surgió como álbum conceptual en 1970, pero tras su éxito, un año después daba el salto a los escenarios de Broadway (1971) y en 1973 se estrenaba la película de Norman Jewison, con Ted Neeley en el papel de Jesús, el mismo protagonista que, tras pasar por primera vez por el Tívoli de Barcelona, llega a Madrid dentro de una gira internacional dirigido por Massimo Romeo Piparo.

Estará en el teatro de la Luz Gran Vía de Madrid del 2 al 13 de mayo. Viene de la mano de la productora Letsgo, cuya coordinadora general, Itxaso Barrios, comenta: «Ha habido hasta cuatro ediciones que se han ido renovando y mejorando desde su estreno. Son casi 2 millones de espectadores de un espectáculo por el que han pasado 200 artistas, se trata de la ópera rock más aclamada de todos los tiempos, un show que no envejece. Esta producción lleva 23 años seguidos y ha sido premiada en Europa por su calidad artística».

Y prosigue: «Lo que vamos a ver aquí no es una adaptación, es la versión original tal cual se creó, en inglés con subtítulos en español, con un elenco de nueve actores como artistas principales y 24 personas en escena, entre acróbatas y cuerpo de baile». Una versión cuya puesta en escena se va actualizando. «Se sofisticó acorde a la época y eso le da una teatralidad que ayuda todavía más a vivir la historia. El guión y la música son los que son, pero según va pasando el tiempo, la escenografía se pule, se van incorporando elementos que no existían al principio, lo que realmente ha mejorado es la forma de presentarlo», explica. Destaca especialmente lo del compositor, cantante y actor Ted Neeley. «Es increíble lo bien que está con su edad y los registros a los que llega, nos ha asombrado a todos. Lleva haciendo de Jesús más años que el propio Cristo y parece milagroso que siga manteniendo esa calidad de voz y esa claridad. Tiene una voz como tocada por la mano de Dios», afirma Barrios.

La trama de esta ópera rock está inspirada en la historia bíblica, pero tiene marcadas diferencias con la interpretación cristiana. «Jesus Christ Superstar» es una adaptación libre de los Evangelios, su argumento se centra en los últimos siete días de la vida de Jesús de Nazaret, comienza con los preparativos de su llegada a Jerusalén y finaliza con la crucifixión. Esto le hizo ser revolucionaria en su día, en cada representación había manifestaciones de personas que se sentían ofendidas y protestaban fuera de los teatros. «Pero ha habido una evolución del público, que igual que la sociedad, ha avanzado también y su actitud ahora es de respecto», afirma Itxaso Barrios. «Contaba Ted Neeley estos días que la gente protestaba porque le parecía una herejía y él salía fuera a invitarlos a que vieran la función y a hablar después y que al hacerlo quedaban maravillados. Hoy en día, claro está, ya no hay esas protestas y el espectáculo se ve como lo que es, una expresión artística sin connotaciones religiosas, aunque haya gente a la que le sigue tocando en lo espiritual».

Y apostilla: «Es una ópera rock de temática religiosa en cuanto que se trata de una adaptación de los Evangelios, pero el espectáculo artístico está por encima del ideario religioso. Lo más controvertido era la estrella de Jesús de Nazaret, que analiza más la parte humana que la divinidad del protagonista. Precisamente por esto, la resurrección no está incluida de manera intencionada. También se centra en el papel de Judas Iscariote como discípulo descontento con la dirección que tomaba la doctrina de su maestro. Su enfrentamiento con él es religioso-político-personal y esto es una licencia que no aparece en la Biblia. Que en aquel momento –añade Barrios– se tomaran la libertad de decir cosas que no estaban en los Evangelios escocía un poco, pero actualmente se asume como una obra basada en la solidez de su libreto y en la maravilla de su música». Un espectáculo con muchas partes destacables, pero «yo destacaría especialmente la energía que desprende, por su teatralidad, por la música rock y por la espiritualidad que hay gente que ve más allá del mero espectáculo», concluye la coordinadora.