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The Lemon Twigs, el infierno es un instituto

El dúo estadounidense, que hace entrevistas por separado para no discutir, presenta un musical sobre el acoso y la experiencia perversa del ámbito escolar.

The Lemon Twigs, el infierno es un instituto
The Lemon Twigs, el infierno es un institutolarazon

El dúo estadounidense, que hace entrevistas por separado para no discutir, presenta un musical sobre el acoso y la experiencia perversa del ámbito escolar.

Hacen la entrevista por separado porque no pueden dejar de discutir. Los hemanos Brian y Michael D’Addario son dos «millenials» embutidos en pantalón campana y camisa de los setenta, dos chicos blancos de Long Island y con acné que hablan como negratas, dos tipos que saben que no es que sean infrecuentes, sino que son raros. En su nuevo disco, «Go to School», hablan sobre cómo de perversa y desagradable puede ser la experiencia de un instituto en EE UU. Ya sé lo que están pensando. Con las pintas que pueden ver en la foto, los D’Addario deben haberse llevado multitud de collejas. «No realmente –sostiene Michael–. El disco está basado en cosas que hice en la escuela a otras personas y de las que me arrepiento». Vaya, así que ellos eran los matones. «Mira, es un disco que surge de la experiencia y de sentirte alienado. Ya sabes, toda esa negatividad que se produce, esas opiniones encendidas, esa presión que te empuja a hacer cosas de las que te avergüenzas. Pero te digo algo: esa experiencia la tienes aunque no sufras tú el acoso. Porque seguro que tienes un amigo al que le está haciendo la vida imposible cualquier tipejo ignorante», dice sin aclarar si eran agresores o agredidos.

«No me representa»

En todo caso, en este álbum hay un protagonista, un personaje de ficción. Se llama Shane y es un chimpancé que asiste al instituto y que será víctima de la incompresión y llevará el estigma del diferente. «El colegio está lleno de comentarios y comportamientos desviados, propios de la ignorancia de la sociedad y que se mueven en todas las direcciones. También desde los profesores. No es exclusivo de la escuela, creo que es una actitud que se da en todos y cada uno de los puestos de trabajo de América», señala con mucha lucidez pero hablando con una pausa teatral Michael, mientras se escucha en la habitación contigua la voz de su hermano Brian dando explicaciones a otro periodista. ¿Siguen peleándose tanto? «Desde luego. Pero ya tenemos identificadas las causas de las peleas y... nos va mejor. Hemos dejado de hacer entrevistas juntos por esa razón. No me representa la mierda que dice. No quiero ser yo la persona a la que se le atribuya esa cita. A mí me importa lo que sale en las entrevistas y a veces no lo soporto». Gastan un carácter tremendo, de eso no hay duda. Por eso son tan singulares y permanecen ajenos a la sonoridad del «indie» internacional. «La escuela y el lugar de trabajo están llenos de ignorancia y tristeza. El mundo ''indie hipster'', en cambio, no es ignorante, es cínico. Ya ves que hay venenos diferentes en todas partes». Por eso, afirman que no se sienten concernidos por la música actual a excepción de Foxygen. «Ni siquiera me gusta pasar tiempo con otros grupos del mundillo. Son aburridos y endogámicos. No me interesan». Los Twigs fueron elegidos por Arctic Monkeys como teloneros para su gira británica, que está a punto de acabar. «Sí, conocí al tipo (se refiere a Alex Turner). Muy majo. Pero la verdad es que no he escuchado mucho su música», señala lacónico.

No corromperse por el odio

En Europa miramos con perplejidad cómo de vez en cuando un adolescente lleva una pistola a su instituto y mata a una decena de compañeros y profesores. «¿De vez en cuando? No, eso pasa todo el tiempo. La causa principal es que los ciudadanos tienen ese poder ridículo que no debería concederse a nadie de poseer un arma. Y claro, a los jóvenes se les brinda la posibilidad de usarla aunque no tengan permiso. Es obvio que sucedería menos si eso no fuera así. Lo que pienso es que muchos de ellos no son sociópatas, sino chicos que han sido agredidos de alguna manera y no tienen herramientas emocionales para lidiar con ello y lo resuelven así de fácil», opina Michael. En la historia del disco, Shane, el chimpancé, harto de la ignorancia y herido por el desamor, también lleva a cabo su venganza. «Cierto. Pero no es un giro moralista de la historia, sino el necesario clímax dramático. El mensaje del disco, si es que lo tiene, es que no hay una escapatoria, sino que deberíamos ser capaces de convivir entre nosotros e incluso con los que son realmente ignorantes. Tiene que haber una manera de hacerlo y que no nos conduzca a la soledad y el aislamiento. Creo que la clave es difundir el amor, no dejarse corromper por el odio».

Más que una ópera rock, D'Addario prefiere el término «musical» para definir el álbum «porque para ser una ópera debería tener diálogos». «Pero sí que tiene una trama con un punto de partida. De niño te enseñan el bien y el mal, pero este trabajo trata sobre que a veces no puedes evitar caer en algunos comportamientos. En el pasado creo que hice cosas horribles a otros chicos –confiesa, al fin–. Y eso, cuanto antes te des cuenta de que está mal, antes tomas responsabilidades. Y paras. Así que no siempre he pensado como ahora». Son raros. Por eso sacan un musical de 16 cortes en un tiempo que nadie escucha tres canciones seguidas. «Al que no le interese nuestra mierda, que nos deje en paz». Vaya genio. O genios.