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Tintín se ofrece al mejor postor

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El sugerente universo de Tintín que comenzó a idear en 1929 el belga Hergé protagoniza este fin de semana una subasta que espera recaudar más de 1,5 millones de euros con 150 álbumes originales, esculturas y bocetos procedentes en su mayor parte de coleccionistas.
La estrella de la puja de Artcurial es una lámina en tinta china con viñetas de "La estrella misteriosa", pertenecientes a una copia de seguridad que hizo el autor en 1942, y que se espera que supere los 160.000 euros.
Y es que el interés que sigue despertando el célebre reportero y las aventuras plasmadas en sus cómics, según explicó a EFE el comisario de la subasta, François Tajan, no se ha desvanecido con el tiempo.
"Es una obra que ha atravesado todo el siglo XX. Hergé describió nuestro siglo, apegado a la actualidad, creando un personaje emblemático, Tintín, que a diferencia de los que le rodean, no tiene personalidad, podrías ser tú o podría ser yo. El lector viaja en su lugar", según Tajan.
Georges Prosper Rémi, más conocido como Hergé (1907-1983), tuvo desde el principio una visión amplia del negocio, y no es casual que creciera en torno al reportero, a su perro Milú, el capitán Haddock, los gemelos Dupont o la diva Bianca Castafiore un mundo paralelo, convertido en objeto de deseo para el coleccionismo actual.
Tintín fue, según Tajan, el primer personaje en Europa en pasar "del imaginario a las tres dimensiones": "El primero en el mundo obviamente fue Mickey Mouse. Hergé copió un poco a Disney, se inspiró al menos en la mercadotecnia. Se ven en anotaciones en los años 30 en que decía pensar en montar una tienda. Y los objetos formaban parte de ese universo".
Figuritas de resina o de plomo que se remontan a los años 40 reflejan esa riqueza creativa en esta subasta, que tiene en una escultura en bronce de 72 centímetros de altura, realizada en 1975 y valorada en hasta 28.000 euros, otra de sus piezas destacadas.
No faltan tampoco obras originales, como la que retoma los bocetos de "Tintín en el Tíbet", con abundancia de trazos que retratan los movimientos y correcciones en los bocadillos, que Artcurial cree que podría alcanzar los 160.000 euros.
Pese a esos precios, el comisario destaca que al igual que en las otras siete subastas realizadas desde 2005 sobre este cómic por esa entidad, los potenciales compradores son de todo tipo y clase social, movidos por la nostalgia hacia "una lectura de la infancia".
"Nacimos con imágenes de Tintín en nuestra cabeza, y moriremos con ellas", indica sin querer parecer exagerado, pero sin esconder tampoco que él mismo es un coleccionista para quien su profesión "no es solamente un trabajo, sino una pasión".
La película que hizo Steven Spielberg en 2011, en su opinión, no repercute directamente en ventas como la prevista, porque el mercado de Tintín sigue siendo principalmente francófono, y aunque haya contribuido a descubrir al personaje, "no se sabrán sus efectos hasta 10 o 15 años, cuando los jóvenes estadounidenses tengan la edad y el dinero para coleccionar".
Quien sí se acerca al comprador tipo es el diplomático canadiense Michel Robitaille, instalado en París desde hace tres años y procedente de Québec, que según dijo a EFE, se declara "un aficionado de los cómics en general, y un interesado en concreto por el estilo de Hergé".
"Tengo muchísimas piezas, varios centenares", explica mientras otea futuras posesiones, admitiendo que aunque no es el "típico comprador que se dejaría un millón", si está dispuesto a desembolsar "varias decenas de miles de euros"si algo le acaba interesando.
La subasta tendrá lugar durante todo el sábado, y Artcurial ya adelanta en su catálogo que, para todos los aficionados, supone la mejor oportunidad para encontrarse con ediciones originales y escasas, en estado de conservación "impecable".