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Víctor Hernández estrena la temporada de Las Ventas con una Puerta Grande

El novillero cortó dos orejas al segundo de su lote en la Monumental
Plaza 1/Alfredo Arévalo
La Razón

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El novillero Víctor Hernández ha debutado hoy a lo grande en Madrid, al lograr abrir la Puerta Grande en el primer festejo del año en la Monumental madrileña merced a una actuación en la que su nombre, guste o no guste, ha comenzado desde ya a cotizar al alza.
La actitud es algo invisible que se ve, y Víctor Hernández derrochó esa bendita cualidad que nunca debería faltar en un novillero, pero que sí se echó en falta, por ejemplo, en el director de lidia de hoy. Pero eso se abordará más adelante.
Víctor Hernández vino a jugársela. Sin alharacas, pero a jugársela. Y no por la larga cambiada con la que inició su faena al segundo, esas las dan muchos que tienen el valor justo, sino por no pestañear cuando su primero embistió impetuosamente, pasando de escarbar a arrancar con disparo, como dicen ahora.
Ninguna de estas circunstancias arredró al novillero de Guadalajara, quien exhibió un toreo vertical de aguante y muy buen trazo por ambos pitones. Tres pinchazos no impidieron que saludara una fuerte ovación.
El quinto fue una máquina de embestir. Y Víctor Hernández lo aprovechó; quedándose quieto como un poste en el comienzo de faena en el platillo, apostando y, a la postre, ganando.
El de Los Chospes tuvo tres primeras tandas de revolución, arrancándose con alegría, yendo largo y por abajo. Hernández alternó fases de más aplomo con otras de mayor efectismo, con mayor encaje por el pitón derecho.
El toro se fue apagando, pero el elegante cierre de faena del alcarreño volvió a encender los ánimos. Tanto que se le concedieron dos orejas -con división- después de dejar una entera tendida.
Uceda Vargas se enfrentó a un novillo que se movió, pero que aderezó sus acometidas con un molesto cabeceo que ensució lo que se le hizo, tanto con capotes como con muletas.
El último tercio tuvo momentos de emoción, como fue el inicio de trasteo esperando al utrero en los medios para pasarlo por derechazos vibrantes, y el inicio de la tercera tanda, también con interés. Sin embargo la faena no tomó altura por la tardanza del novillo a arrancarse y a la dificultad del novillero en encontrarle el sitio.
Mas entonado anduvo Uceda Vargas en el que cerró plaza, un novillo noble al que le costó cogerle el punto. Fue en la tercera serie, por el derecho; se la dejó en la cara, tiró con suavidad de la tela, y el de Los Chospes la siguió a ralentí.
Sin premio
A partir de ese momento la brillantez apareció de forma intermitente, en un trasteo de menos a más bien rematado con la espada, aunque no premiada de manera tangible.
Abrió festejo -y temporada en Las Ventas- un novillo alto pero fino de cabos, que se movió con cierto ánimo pero sin humillar en los dos primeros tercios. Carlos Aranda lo pasó con gracia, componiendo buenos embroques -el de Los Chospes tenía ese momento de la embestida bueno- aunque algo periférico en cuanto a ajuste.
La faena, que tuvo un comienzo esperanzador doblándose con el novillo, se cimentó en el pitón derecho, con compostura discontinua, quedando en un sí pero no que se saldó con silencio para el de Daimiel después de que al novillo se le aplaudiera en el arrastre.
El cuarto se dejó, si bien tuvo el fuelle justo. Tal condición le impidió rebosarse, alternando arrancadas potables con otras en las que doblaba las manos desluciendo el conjunto. Aranda se puso con más forma que fondo, sin conjuntarse ni llegar a comprometerse con la embestida de su oponente, en un trasteo basado en su totalidad en tandas de derechazos.
FICHA DEL FESTEJO
.- Novillos de Los Chospes, bien presentados. Primero con movilidad pero falto de humillación, aplaudido en el arrastre; segundo encastado reservón; tercero encastado bronco; cuarto falto de empuje; quinto bravo, aplaudido en el arrastre; y sexto manejable.
Carlos Aranda (sangre de toro y oro), que sustituía a Borja Collado: Estocada desprendida y tres descabellos (silencio tras aviso); estocada caída (silencio).
Víctor Hernández (lila y oro): Tres pinchazos y estocada arriba (ovación); estocada tendida (dos orejas con división).
Uceda Vargas (verde hoja y oro): Estocada desprendida (silencio tras aviso); estocada desprendida (vuelta al ruedo tras petición).
En cuadrillas, Marcos Prieto saludó tras banderillear al segundo.
La plaza registró un tercio de entrada (5.768 espectadores según la empresa)