Buscar Iniciar sesión

El ecuador de un San Isidro que se va a hacer corto, sin serlo

El Juli ha sido, hasta ahora, el espada más destacado aun sin Puerta Grande
MADRID, 19/05/2022.- El diestro Julián López "El Juli" tras su primer toro durante la corrida de la Feria de San Isidro celebrada este viernes en la Plaza de Toros de Las Ventas. EFE/Juanjo Martín
JUANJO MARTINEFE
La Razón

Creada:

Última actualización:

A pesar de la razonable e incluso necesaria reducción del mastodóntico ciclo de otros años, el de este año no era breve. Cuatro semanas dan para mucho y hueco para todo. Sin embargo, las dos primeras semanas ya han pasado, con la sensación aún que está casi todo por llegar. El torismo, carteles de figuras o Diego Urdiales son algunos de los alicientes reservados para la última quincena.
Hasta ahora, el esperado regreso de Talavante ha hecho las delicias de aficionados y empresa, provocando los llenazos tan esperados. La Feria está contando con una importantísima asistencia, incluso en días de diluvio y de finales deportivas como la del Mutua Open de Madrd. Ayer en la tercera novillada se volvió a presenciar la gran fidelidad de Madrid.
Catorce orejas se han paseado hasta ahora, más dos puertas grandes. Pero las actuaciones más recordadas son las de El Juli. El madrileño llegaba de conquistar la Puerta del Príncipe en la Feria de Abril, que llegó a solaparse con San Isidro. En sus dos tardes en Madrid ha cortado una oreja y dado dos vueltas al ruedo, rozando la Puerta Grande. La segunda de sus vueltas al albero coincidía con la Puerta Grande de Tomás Rufo, de menor peso que su triunfo en Sevilla. Juli y Rufo están coincidiendo en la mayoría de sus compromisos y ya huele a rivalidad entre el referente y la promesa. Frente a la expectación que generaban las tres y cuatro tardes de Morante y Talavante, ha sido El Juli quien se ha reencontrado verdaderamente con Madrid.
Más allá de los trofeos, han calado en Madrid la actitud de los mexicanos Joselito Adame y Leo Valadez, como también ha quedado para la historia la imagen de Ginés Marín caminando hacia la enfermería con el muslo partido y recibiendo el afecto de su padre, picador.