
Madrid
Borja Jiménez celebra por la inmensa Puerta Grande de Las Ventas los 60 explosivos de Victorino
El sexto toro "Milhijas" fue premiado con la vuelta al ruedo y Jiménez abrió la Puerta Grande; De Justo pasea un trofeo del quinto

Nos reponíamos a duras penas de lo que había pasado hacía con exactitud una semana para volver al templo sagrado e irremediablemente a Morante. A su histórica por multitudinaria y pasional Puerta Grande, que llegó a cortar las calles de esta cosmopolita Madrid que así, desde fuera, la verías tan alejada de esta tradición de toros y toreros. Madrid se entregó a Morante como antesala de otra locura colectiva que va dejando el sevillano allá donde pisa y esta vez pisó Salamanca y los ecos llegaron por toda la piel de toro. Pero esta vez regresábamos a Las Ventas con el sabor de un homenaje más que merecido. 60 años de celebración desde el debut de la ganadería de Victorino Martín. Un ganadero que logró ser leyenda y cuyo hijo ha logrado seguir dando vida y milagros a la divisa de la A coronada. En la memoria el padre y con honor un hijo que sabe llevar no solo su ganadería sino la Tauromaquia a gala. A él brindó Paco Ureña el primer toro, que se quedó corto en el capote, pero tenía esa embestida que quería ser porque descolgaba y a la vez se la tenía guardada en la cortedad del viaje. Ureña mantuvo la faena con impulsos como si quisiera lanzar la labor con rapidez y el toro de Victorino quiere cabeza templada. Puso su todo y dejó algunos muletazos con buen tino. Abajo la estocada. Irrelevante la faena al descastadete cuarto.
El segundo tuvo la explosión del viaje y Emilio del toreo. El toro fue cambiando en el transcurso de la lidia, brutote y por dentro, pero llegó al último tercio con la embestida más larga de lo que pareció. A De Justo le costó cogerle la medida y la faena avanzó hacia ninguna parte. En el quinto dio vuelco la tarde. Ocurre a veces en la vida. Y fue con ese toro que tenía un calvario de cara «Milhebras» de nombre. Abiertísimo de pitones. No podías dejar de mirarlos ni pensar en descifrar cómo sería meter la mano con la espada a aquel toro después y mucho antes la ecuación de la muleta. Las curiosidades del campo quisieron que fuera el toro que empujó en el engaño con todo, pero con transmisión. Aquello tenía mucha importancia. Tomaba la muleta por abajo, punto por dentro y con fiereza. La faena de Emilio pasó por momentos muy diferentes. En un primer tramo anduvo mas centrado con el animal queriendo torearlo más con los vuelos. Estos toros también son agradecidos a la suavidad. Después se alargó en el trasteo y fue como si acabara perdiendo el hilo de la historia. Lo retomó con la estocada que, por primera vez en toda la tarde, cayó arriba y tenía mérito teniendo en cuenta el escaparate que portaba el toro. Paseó un trofeo.

Borja Jiménez había estado desubicado con un tercero que iba y venía y se encontró con un magnífico sexto, que fue bravo en el caballo y sensacional en la muleta por humillado, bravo, repetidor, importante y con entrega. Qué profundidad en el viaje «Milhijas». No lo sacó del tercio, pero al natural explotó Madrid con ese toreo del sevillano con el compás muy abierto y algunos naturales que acababan en circulares por el propio ímpetu del Victorino tras la tela. Inmensidad. Borja lo lograba de nuevo y Victorino lo volvía a hacer, otra vez, y así 60 años después de pisar esta plaza por primera vez. Hay historias que no son casualidad. Emotiva y demoledora la Puerta Grande. Otra conquista. Otra página más apasionante del Toreo.
Ficha del festejo
Las Ventas. Corrida In Memoriam. Lleno de «No hay billetes». Toros de Victorino Martín, bien presentados. El 1º, interesante por el diestro; 2º, brutote pero se deja; 3º, va y viene; 4º, sosote; 5º, buen toro; 6º, extraordinario premiado con la vuelta al ruedo.
Paco Ureña, de rosa y oro, estocada baja y perpendicular (saludos); casi entera baja, dos descabello (silencio).
Emilio de Justo, de blanco y oro, estocada trasera (silencio); gran estocada (oreja).
Borja Jiménez, de visón y plata, estocada muy defectuosa (silencio); estocada tendida y caída (dos orejas).
✕
Accede a tu cuenta para comentar