La España rural se reúne en Santander para alzar la voz contra el animalismo

El Palacio de la Magdalena de Santander ha servido de sede, la tarde del martes 12 de diciembre, para que varios representantes de la España Rural, tomando la portavocía de la sociedad civil en general, se personaran y, a través de distintos eventos, alzaran su voz, firmando la Declaración de Santander contra el animalismo y el antiespecismo.

Concretamente, dicho manifiesto está respaldado por la Real Federación Española de Caza, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), Fundación Toro de Lidia, la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia (RUCTL), Alianza Rural, asociaciones de deportes con animales y las once asociaciones que componen la Federación de Razas Cárnicas de Cantabria que, por cierto, ya se extiende a nivel mundial.

Bajo el subtítulo de “compromiso con nuestra cultura, tradición, economía y medio ambiente”, la Declaración de Santander representa el rechazo de la sociedad civil a la imposición de la ideología animalista. Una doctrina que supondría la negación del mundo rural, que se ha construido sobre una milenaria relación entre hombre y animales.

Según se desprendió de las distintas intervenciones, el objetivo de este acto ha sido el de tender puentes para que las leyes y normas que se aplican al sector primario y rural, vengan desde el verdadero conocimiento del campo y sus circunstancias, personándose en la España vaciada y observando su problemática y funcionamiento, y no desde la imposición ignorante de un despacho en las ciudades, donde poco o nada se sabe del verdadero trato de los animales, más allá del sumiso mascotismo.

En ese sentido, Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación Española de Caza, afirmó que “las legislaciones referidas al bienestar animal han sucumbido a la ideología y al buenismo animalista donde hay que querer más al perro que al hijo en vez de tener en consideración que se pone en cuestión el propio proceso evolutivo de la especie humana, pues son el conjunto de experiencias, tradiciones, costumbres y culturas las que nos han permitido desarrollarnos como personas”.

En su intervención, Francisco Pérez Peña, presidente de la Asociación de Ganaderos Cántabros “La Socarreña” manifestó que “se nos llena la boca con la España rural y luego vemos que se hacen cosas que nos lo ponen imposible. Y si los animalistas de ciudad se salen con la suya, todos estos pueblos desaparecerán”.

También Pedro Barato, presidente de ASAJA, aseguró en su turno que “el animalismo representa una amenaza sin precedentes para la existencia misma de las comunidades rurales, cuyas prácticas y culturas han estado intrínsecamente ligadas a la ganadería durante milenios”. Y calificó esta ideología como “una utopía destructiva que no solo pone en peligro la civilización humanista, sino que también amenaza la continuidad de los paisajes rurales y la relación histórica entre humanos y animales”.

Por último, el presidente de la Fundación Toro de Lidia, Victorino Martín, cerró el acto con la lectura del manifiesto y con la afirmación de que “es un orgullo estar rodeado de personas que han hecho de los animales el centro de su vida y de su cultura y que están dispuestos a defender esa forma de entender el mundo”.

Declaración de Santander contra el animalismo

Frente al avance de la ideología animalista y antiespecista, declaramos:

• Que la cultura y la identidad de un pueblo las configuran sus gentes sin imposiciones externas, con el único límite de los derechos humanos y las libertades fundamentales, de conformidad con la Convención de la UNESCO para la salvaguardia del Patrimonio cultural inmaterial de 2003 y la Convención de la UNESCO sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales de 2005.
• Que nos oponemos a las ideologías animalista y antiespecista y sus intentos de uniformar el pensamiento, tratando de imponer una nueva realidad cultural, económica y social.
• Que instamos a las autoridades a legislar a favor de la preservación de la pluralidad de tradiciones, elementos culturales, económicos y ecosistemas organizados en torno a nuestra relación con los animales.

El manifiesto hace hincapié en que “las señas de identidad de un pueblo se forjan a través de creencias, tradiciones y una historia compartida. En nuestra cultura occidental, la relación armoniosa entre humanos, animales y naturaleza ha sido fundamental para nuestros ecosistemas, economía, cultura y tradiciones. Sin embargo, enfrentamos una creciente amenaza de ideologías como el animalismo y el antiespecismo, que buscan equiparar a animales y humanos, ignorando la singularidad y dignidad inherentes a cada uno. Estas corrientes radicales podrían destruir nuestro rico legado cultural al desestimar la ética y conciencia humanas, comprometiendo actividades vinculadas con los animales. Es crucial preservar la verdadera aspiración de proteger a los animales sin comprometer la identidad cultural que ha evolucionado a lo largo de los siglos”.

Al finalizar el acto, se celebró un coloquio titulado “Mundo rural y amenaza animalista”, con la participación del ganadero Victorino Martín y el pastor Nel Cañedo.