
Día de la Paloma
Más firmeza que lucimiento en una tarde de leña y voluntad
Con una corrida seria aunque justa de fuerza, Lama de Góngora, Rafa Serna y Alfonso Cadaval firmaron actuaciones de entrega dispar y mérito desigual

Traía leña para varios inviernos la corrida de Toros de El Torero, muy seria por delante, con hechuras de embestir y buen fondo, aunque cuerta falta de fuerza de varios toros condicionó el juego y las posibilidades de lucimiento durante toda la tarde. A pesar de ello, los tres toreros dejaron pasajes de interés, compromiso y temple.
Lama de Góngora fue el primero en mostrarse firme. Lo vio claro con el toro de la confirmación, al que le sacó la muleta por arriba en los primeros compases para aliviar su evidente debilidad. Una vez afianzado el noble, se plantó sin dudas, con un planteamiento macizo, para ligar tandas templadas que ganaron en armonía. Mejor al natural. Fluyeron tres suaves, líquidos. Aunque algunos en el tendido lo protestaban todo, otros valoraron su obra con una ovación tras un pinchazo y estocada.
El cuarto fue otra historia. Díscolo y suelto, al toro había que tragarle mucho, primero para no molestarlo y después para sujetar el derrote violento, el mismo que le robó la muleta en los inicios. Se movió sin entrega y cuando quiso repetir lo hizo con disparo. Lama, sin embargo, no perdió la firmeza y logró templar unas pocas embestidas, aunque el público se mantuvo indiferente.
Rafa Serna anduvo por encima de dos toros deslucidos. El segundo tuvo codicia de salida, y lo saludó con una larga cambiada a portagayola. Pero pronto acusó falta de fuerza, y en la muleta pasó rebrincado y punteando. Tardaba en tomar los engaños, lo que diluyó cualquier atisbo de emoción entre muletazo y muletazo.
El quinto resultó aún más deslucido. Lo esperó otra vez en la portagayola, cuerpo a tierra, y ya con la muleta intentó limpiar los secos derrotes de un animal que nunca se terminó de desplazar. Tocó siempre con la voz, fijando cada cañonazo con firmeza, esquivando balas, con más voluntad que posible lucimiento.
José Fernando Molina cerró la tarde con mayor suerte y mérito. El tercero despertó interés desde la lidia. Era un toro que había que llevar muy cosido y esperarlo mucho, o se quedaba debajo y buscaba el cuerpo. Tardó un par de tandas en encontrarle el sitio, pero una vez logrado, sacó muletazos de mérito. Un par de naturales y los pases de pecho fueron los más jaleados.
El mejor toro salió en sexto lugar. Largo en el viaje, pavoroso por delante, pero noble y bueno. Lo entendió desde el principio Molina, que se echó de rodillas en los medios para cambiar el viaje por la espalda y ligar varios derechazos. Luego vinieron los que terminaron detrás de la cadera, con emoción y transmisión. Fue una faena que creció con la embestida seria del toro, aunque al alargarla demasiado, el animal se agarró al suelo y la temperatura de la faena bajó notablemente.
FICHA DEL FESTEJO:
Viernes 15 de agosto de 2025. Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Corrida del Día de la Paloma. Un cuerto de entrada.
Toros de Toros de El Torero, serios y muy bien armados. 1⁰, noble; 2⁰, rebrincado; 3⁰, exigente; 4⁰, díscolo y suelto; 5⁰, deslucido; y 6⁰, bueno.
Lama de Góngora, de verde botella y oro, aviso, pinchazo y estocada (ovación); y caída (silencio).
Rafael Serna, de marfil y oro, dos pinchazos y estocada tendida (silencio); y media y tres descabellos (palmas).
José Fernando Molina, de salmón y oro, pinchazo y estocada (silencio); y perpendicular y suelta, aviso y tres descabellos (silencio).
Lama de Góngora confirmó con "Gustoso", nº 91.
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