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Muere Diego Bardón, el torero surrealista y "pánico" que inventó la corrida flamenca

Amigo de Arrabal y Jodorowsky, rompió moldes dentro y fuera del ruedo con su peculiar manera de entender la vida y el arte
larazon
La Razón

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El torero extremeño Diego Bardón, una de las figuras más singulares y polifacéticas del mundo del toreo, ha fallecido este miércoles a los 83 años en el hospital de Zafra, según han confirmado fuentes cercanas a la familia. Natural de Fuente del Maestre (Badajoz), Bardón no llegó a tomar la alternativa, pero sus aportaciones al arte y la tauromaquia lo convirtieron en un personaje inolvidable. Se declaró "prohibido por el franquismo" por motivos políticos y encontró en el movimiento artístico Pánico, liderado por sus amigos Fernando Arrabal, Alejandro Jodorowsky y Roland Topor, una forma de expresión que marcó su vida.
Bardón fue bautizado como "torero pánico" por este grupo surrealista, que admiraba su capacidad para integrar el arte en cada aspecto de su existencia. Inventó la corrida flamenca, un evento en el que el cante y el toreo se fundían en un espectáculo único: Camarón de la Isla cantaba para Curro Romero y José Mercé acompañaba las faenas de Rafael de Paula. El extremeño, que toreaba con la melena al viento y dos muletas, se ganó la simpatía de la intelectualidad parisina en los años 70, cuando conquistó la capital francesa con su magnetismo y su estilo inconfundible.
Además de torero, Bardón fue un periodista y escritor que dejó su huella en proyectos como el periódico Diario 16. Junto al cronista Raúl del Pozo, escribió "Un ataúd de terciopelo... para un mito de papel", un libro dedicado a la vida y leyenda de Manuel Benítez "El Cordobés". Su versatilidad lo llevó incluso a acompañar a Julio Iglesias en una gira por Italia, antes de descubrir una de sus grandes pasiones tardías: correr maratones. Participó en más de 15 ediciones de la Maratón de Nueva York, cinco de ellas corriendo de espaldas, un gesto que decía surgió como agradecimiento a una desconocida que le ofreció agua durante la carrera.
En su esquela, redactada con un tono tan extravagante como su vida, Bardón se autodefinió como "un cosmopolita pánico-patafísico y cóncavo-convexo que en Fregenal de la Sierra se siente parisino; en París se siente neoyorkino, y en Nueva York, vecino de Casares de las Hurdes". Estas palabras resumen a la perfección el espíritu libre y universal de un hombre que supo navegar entre la tradición y la vanguardia, entre el ruedo y los grandes centros artísticos del mundo.
Diego Bardón deja un legado tan único como irrepetible, una obra vital que trasciende los límites del arte y la tauromaquia para convertirse en un ejemplo de cómo vivir plenamente bajo las reglas del arte y la pasión. Su funeral se celebrará este jueves 12 de diciembre a las 17:00 horas en su localidad natal, Fuente del Maestre.