Murió el matador Paco Corpas
El torero catalán, de 89 años, había tomado la alternativa en Pamplona el día de San Fermín
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Francisco Corpas Brotóns, Paco Corpas, falleció este lunes 10 de julio en su domicilio de Madrid, tras pasar dos largos años postrado en una cama. Estaba casado con María Victoria Ortuño, hermana del diestro Emilio Ortuño “Jumillano”.
Hijo del matador de toros y posterior banderillero Ramón Corpas, nació en Barcelona el 6 de julio de 1934, curiosamente vio la luz en la conserjería de la plaza de toros de “Las Arenas”, donde residía su familia, pues por ese entonces su padre trabajaba como conserje del coso, y fue bautizado entre un capote de paseo con el matador José González “Carnicerito de México” como padrino. Su hermano, Carlos, también fue matador de toros.
Se puso por delante de una becerra por primera vez en la plaza de Olot, pero al estar prohibido torear en España con menos de 16 años se fue a Francia. Debutó con picadores en un mano a mano con su hermano Carlos en Melilla, el día del Corpus en 1951 y se presentó en Las Ventas el 28 de abril de 1955.
Con más de cien novilladas toreadas tomó la alternativa en Pamplona un día después de su cumpleaños, el 7 de julio de 1956, cuando le iba a doctorar el propio Antonio Ordóñez, pero un percance del maestro le impidió estar, siendo sustituido por el mexicano Joselito Huerta, que actuó como padrino de la ceremonia, con el testimonio de Gregorio Sánchez. Paco cortó una oreja del toro de su alternativa, “Gitano”, nº 19, con el hierro de Sepúlveda de Yeltes. Confirmó en Madrid el 12 de mayo de 1957, con los toros de Clemente Tassara y con Antonio Vázquez de padrino y el testimonio de Juan Mejías Bienvenida.
Durante sus 16 temporadas en activo, Paco Corpas llegó a torear en plazas de todo el mundo taurino, pero también en Angola, Mozambique y China, hasta que se retiró el 11 de abril de 1971, en Santisteban del Puerto, concediendo la alternativa a Santos Mazzantini en presencia de Óscar Cruz.
Tras su retiro, Corpas se convirtió en uno de los principales negociadores con la Seguridad Social, logrando que el Régimen Especial de los Toreros del año 1972 pasara al Régimen General de la Seguridad Social de 1978, lo que ha permitido unas jubilaciones adecuadas para el colectivo. De hecho, tuvo suficiente material para publicar el libro “Historial de la Asociación Benéfica de Auxilios Mutuos de Toreros”.