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Feria del Pilar

Puerta grande para Castella y dos orejas para Palacio en un mano a mano de pocas opciones

Primer lleno del ciclo pilarico motivado, en parte, por la presencia de un diestro local que dejó algo más que una muy grata impresión

Corrida de Feria del Pilar Javier CebolladaEFE

El diestro francés Sebastián Castella, que cortó dos orejas de un mismo toro, pudo así, ateniéndose al reglamento aragonés, salir hoy a hombros de la plaza de Zaragoza al final del esperado mano a mano con el joven localAarón Palacio, que paseó dos trofeos y que dejó una excelente impresión entre unos paisanos que no dejaron de apoyarle.

De hecho, la plaza se llenó por primera vez en la feria al reclamo de la nueva promesa del toreo aragonés, que se presentaba como matador en la Misericordia después de haber tomado la alternativa a mediados del pasado mes de septiembre en el anfiteatro romano de la ciudad francesa de Nimes.

Pero lo que parecía dispuesto para el triunfo del embalado Palacio se torció por las escasas opciones que ofreció una corrida de tres hierros distintos pero con el común denominador de la falta de fuerzas y de raza, especialmente los tres del lote de Palacio, por mucho que el sexto anunciara en los primeros tercios un fondo que no desarrolló.

De ahí que el veterano Castella pudiera marcar diferencias en el duelo con el corte de tres orejas, una de las cuales, la que paseó del tercero, bien puede calificarse de excesiva y únicamente motivada por la gran estocada a capón con que fulminó a un escurrido astado de Domingo Hernández muy medido de todo y al que hizo una faena ligera y plana.

En cambio, el primero, un armónico ejemplar de García Jiménez, tuvo un medido celo pero también unas dúctiles y nobles embestidas que el francés, tras abrirle de rodillas el trasteo de muleta, se pasó sin intensidad alguna, en pases cortos y secos, entreverados entre largas pausas y tiempos muertos.

Pero lo mejor de Castella llegaría con el quinto, otro fino toro de Garcigrande que, aunque acusó cierto defecto de visión, tuvo una dulce clase por ambos pitones, lo que su matador aprovechó con más suavidad en los cites y en el trazo en tres reposadas series con ambas manos que compusieron la cima de su faena, antes de que optara por meterse descaradamente en la tabla del cuello del colorado para redondearla.

Eso sí, un soberbio espadazo, de fulgurante efecto mortal, contribuyó de nuevo a que la oreja que se ganó toreando acabara doblándose en el momento de la petición del amable público y en la concesión del generoso presidente.

Corrida de Feria del PilarJavier CebolladaAgencia EFE

Hasta que salió ese quinto, el claro triunfador de la tarde estaba siendo Aarón Palacio, muy por encima de la mermada condición de los dos primeros astados que le cupieron en suerte, pues el de Domingo Hernández que hizo segundo, muy protestado por su flojera de remos, aún empeoró el panorama con su nula raza, mientras que el regordío cuarto de Garcigrande, con 645 kilos, se fue desinflando con rapidez.

Tanto de uno como de otro sacó más de lo esperado el torero de Biota, como los buenos lances de salida a su primero y algunas series de muletazos muy estimables, y muy asentados, acertando a aplicarles bien las alturas y los espacios para que ambos siguieran los engaños más de lo que querían. Y como además los mató pronto y con facilidad, paseó esas dos primeras orejas de su carrera de matador en Zaragoza.

Claro que el panorama cambió tras el triunfo de Castella con el quinto, por lo que Palacio se fue decidido a la puerta de chiqueros a recibir al sexto con una larga cambiada que luego repitió en el tercio tres veces más entre el clamor de sus paisanos. El problema es que, demasiado castigado en el primer puyazo, comenzó el de García Jiménez a flojear, en una clara amenaza para la clase que apuntaba.

Y el gran error del nuevo matador fue llamarlo desde los medios, en una desaconsejada larga distancia, para abrirle faena con unos quebrados pases cambiados que acabaron por imponer el defecto del toro sobre su virtud. El puro ansia de redondear el triunfo llevó a Palacio a precipitarse y a acelerarse con un animal que además amagó con echarse rajado.

Así que, pese a la febril decisión del nuevo matador, su infructuosa faena fue decayendo por momentos, pese a un ajustado final por manoletinas que también se diluyó, con el toro evitando el encuentro, con un pinchazo y varios descabellos.

Corrida de Feria del PilarJavier CebolladaAgencia EFE

FICHA DEL FESTEJO:

Jueves 9 de octubre de 2025. Plaza de toros de La Misericordia, Zaragoza. Quinto festejo de abono de la Feria del Pilar, con lleno en los tendidos (unos 10.000 espectadores).

Dos toros de Domingo Hernández, dos de Garcigrande (4º y 5º) y dos de Hermanos García Jiménez (1º y 6º), muy desiguales de presentación y volumen y muy bajos de raza o de fuerzas. Primero y quinto fueron los de más juego y duración, con nobleza y clase, aun dentro de los mismos parámetros.

Sebastián Castella, de rosa y oro: pinchazo, pinchazo hondo caído y dos descabellos (silencio tras aviso); estocada (oreja); estocada (dos orejas). Salió a hombros.

Aarón Palacio, de blanco y oro: estocada delantera desprendida (oreja); estocada desprendida (oreja con petición de la segunda, tras aviso); estocada corta y cuatro descabellos (ovación tras aviso).

Entre las cuadrillas, destacó la de Palacio en el sexto, con la brega de Mambrú y los pares de banderillas de Agustín de Espartinas y Mariano Ruiz, que saludaron.