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Qué se oculta de la no prórroga de Garzón en Málaga
Tal y como está el panorama ahora la gestión de Garzón acabaría el 2 de junio de 2026, la temporada en la que la Malagueta cumple sus 150 años
Por primera vez en los 25 años que llevo ejerciendo la profesión en el periódico La Razón ocurría algo excepcional: Málaga desbancaba informativamente el trono que de siempre tuvo la Semana Grande de Bilbao (muy a mi pesar). Bilbao es, ha sido, fue, la feria de mis sueños durante muchísimo tiempo. Bilbao y Sevilla. Eran las dos plazas a las que peregrinar con los ojos cerrados. A las que querer llevar a los amigos con la certeza de que el camino de vuelta iba a ser amor compartido, porque allí había mucho más que el misterio sagrado de lo que ocurre en el ruedo que no es Risto Mejide un balance de la cantidad de toros y toreros que mueren en un ruedo a lo largo de la historia, como me saltó el otro día en una entrevista a El Juli. Qué lectura tan simplista para alguien al que se le presupone cierta formación.
Por primera vez en la historia ocurría que el peso de Málaga, con los dobletes de Morante y Jiménez Fortes, en un momento tan excepcional para el de la tierra, y tan incontestable en el de La Puebla, con un engranaje de toreros que no responde a intercambio de cromos (con el que nos vienen condenando años y años las empresas) sino al interés de lo que cada cuál se ha ganado en el ruedo hacía que la balanza cambiara. Para toda la Prensa nacional. Pisan Málaga también El Mundo, ABC... Algo histórico. Da cuenta también de la situación de Bilbao y del trabajo bien hecho de José María Garzón, a través de Lances de Futuro en La Malagueta.
Tampoco es casualidad. Venimos de disfrutar una feria histórica en Santander, que vive su esplendor. Y no siempre fue así. Consolidada ya como la Feria del Norte, hubo otros tiempos en los que Valencia y su Feria de Julio, desaparecida, centraba el foco informativo.
Otra plaza que se ha puesto para no perdértela es El Puerto de Santa María comandada por Circuitos Taurinos con Carlos Zúñiga. Es la magia. Un verano sin pisar El Puerto no es verano
Pero volviendo a Málaga... Coincidía este hecho con una noticia sorprendente, con conocer que la Diputación de Málaga no concedería la prórroga a la que por otro lado tiene derecho José María Garzón. Insólito. Lo que hace que el contrato de Lances de Futuro acabé el 2 de junio de 2026. Después de la Picassiana, de haberla, y antes de la feria, el año en el que la plaza de toros de Málaga está, además, de cumpleaños. 150 años para la bella plaza andaluza. ¿Qué habrá detrás de este interés por parte de los poderes políticos? ¿Qué se esconde? Para que ni tan siquiera se renueve la prórroga a la que tiene derecho por contrato firmado en 2022. Un año nada fácil saliendo de esa maldita pandemia que nos puso a todos en el disparadero: a la tauromaquia mucho más.
Alude la Diputación de Málaga a "Desequilibrios económicos" y "Falta de viabilidad" que, a todas luces, no se sostienen. ¿Qué intereses son capaces de volver a tirar por tierra una plaza que vivió el esplendor y estuvo en los bajos fondos durante unos cuantos años por ir de mano en mano con poco cariño. De nuevo los cargos públicos cargan contra la tauromaquia de una manera u otra como ha ocurrido a lo largo de la historia destrozando las plazas de toros. Muestra de ellos son los propios pliegos de condiciones que dan pocas garantías a los empresarios para poder trabajar las plazas y buscan el interés propio.
El empresario de la plaza ha solicitado la prórroga o la correcta resolución del contrato. Habrá que esperar.
Es curioso que luego los antitaurinos lo primero que aludan es a las subvenciones, cuando para gestionar las plazas el empresario lo primero que tiene que hacer es pagar para gestionarlas. Pagar a las comunidades o diputaciones. Pero a fuerza de repetir las mentiras adquieren entidad de verdad.
Pasará poco tiempo para que veamos qué hay detrás de este volantazo, porque las cosas salen.
Lo peor es todo lo que perdemos en el camino. Málaga está ahora en buen momento. Y no ha sido fácil. Las plazas no se recuperan de un día para otro. Las consecuencias son para la Fiesta de los toros, y el aficionado, que acaba pagando todos los platos rotos.