¿Quién toreó la corrida del "Salario del Miedo" hace 65 años en Madrid?
Lo que en principio fue motivo de burla, por la veteranía de los toreros, después se transformó en admiración absoluta por su capacidad en la arena
Creada:
Última actualización:
Ayer, 18 de mayo, se cumplieron 65 años de que la Feria de San Isidro en Madrid viviera una de sus tardes memorables en la plaza de Las Ventas. Conocida como la "Corrida del Salario del Miedo", este evento histórico dejó una huella imborrable en el mundo taurino. Este apodo, inspirado por la famosa película de 1953 protagonizada por Yves Montand, reflejaba la tensión y la expectación que rodeaban a los tres toreros anuncados: Pepe Luis Vázquez, Antonio Bienvenida y Julio Aparicio, cuya suma de edades alcanzaba los 102 años.
La jornada fue inicialmente objeto de chascarrillos debido a la veteranía de los espadas (también se le conoció como la corrida de "los 102 años"), pero estos comentarios jocosos se transformaron en elogios al finalizar la corrida. Los toreros, enfrentándose a los toros de Jesús Sánchez Cobaleda, demostraron maestría y valor, culminando la tarde con una salida a hombros que se recordaría como una de las más apoteósicas de la temporada.
Por aquel entonces, Pepe Luis Vázquez volvía a los ruedos tras su retiro en 1953, junto a sus compañeros Bienvenida y Aparicio. La expectativa era alta, y aunque algunos dudaban del éxito debido a la singularidad de los toreros, la corrida se convirtió en un hito de gloria. s v
Antonio Díaz Cañabate, en su crónica para ABC, no titubeó al afirmar que “al fin se ha roto la monotonía. Han toreado tres toreros, tres toreros de verdad; cada uno a su modo con arreglo al estilo del toro. El resultado: una corrida de las llamadas apoteósicas. Al final los tres matadores salieron a hombros, pero conducidos por auténticos admiradores, no por costaleros interesados”.
Un detalle curioso de la corrida fue cuando el quinto toro, aparentemente cojo, fue devuelto. Sin embargo, ante la demora de los cabestros, Bienvenida se ofreció a matarlo y, sin haber sido picado, lo toreó con gran destreza. Esta acción reflejaba la entrega y habilidad de los toreros, elevando aún más el prestigio de la tarde.
En el cierre de su crónica, Díaz Cañabate enfatizó el impacto revitalizador de la corrida en la fiesta taurina: “Nada malo hubo en la corrida y fue en línea recta, camino de la apoteosis final. La fiesta, que estaba decaída, subió ayer de punto. Han sido los toreros de la feria y hemos necesitado de cinco corridas para ver a tres toreros”.
La "Corrida del Salario del Miedo" de 1959 no solo fue un evento destacado por el triunfo de sus protagonistas, sino que también revitalizó la pasión por la tauromaquia, consolidándose como una fecha emblemática en la historia de San Isidro y de Las Ventas.