
Reglamento
La sombra de la sanción vuelve a caer sobre Roca Rey en San Fermín
La tensión aumentó entre los aficionados cuando el torero peruano volvió a retrasar su entrada al ruedo, repitiendo una escena ya vivida en años anteriores

La expectación era máxima el pasado miércoles 9 de julio en los alrededores de la plaza de toros de Pamplona. En la tercera corrida de la Feria del Toro, el cartel lo encabezaban tres nombres de peso: Morante de la Puebla, Tomás Rufo y el esperado Roca Rey. Pero lo que debía ser una jornada marcada por el toreo, comenzó con un viejo déjà vu.
Faltaban apenas minutos para el inicio oficial del festejo cuando la preocupación comenzó a extenderse entre el público. Morante y Rufo ya estaban dentro, listos en los chiqueros. Sin embargo, el torero peruano aún no había hecho acto de presencia. Los rumores sobre sus retrasos pasados no tardaron en circular entre los aficionados, que miraban con ansiedad hacia la puerta del patio de caballos.
Finalmente, a las 18.26, Roca Rey apareció, saludando con su habitual simpatía, deteniéndose incluso a tomarse fotografías con los presentes, entre ellos los alguacilillos y mulilleros. Una entrada triunfal... aunque a destiempo. El reglamento navarro exige que los espadas estén presentes al menos 15 minutos antes del inicio del festejo, algo que el diestro volvió a incumplir.
No es la primera vez que incurre en esta falta. Ya en 2024 protagonizó episodios similares, con llegadas a última hora que le valieron una sanción leve por parte de la Policía Foral. En aquel entonces, el retraso generó una demora en el inicio del paseíllo, y se le impuso una multa conforme al reglamento vigente.
La reiteración de estos comportamientos ha llamado la atención de las autoridades, que ya han iniciado el proceso para comunicarle la infracción correspondiente. En principio, se trata de una falta leve, que puede acarrear una sanción de hasta 600 euros, aunque el carácter reincidente podría condicionar la resolución final.
El gesto, aunque aplaudido por algunos por su cercanía con el público, vuelve a dejar a Roca Rey en una situación incómoda ante la organización del ciclo sanferminero. Mientras que sobre el ruedo es una figura incuestionable, fuera de él sus despistes horarios amenazan con eclipsar su toreo.
Una vez más, Pamplona contuvo el aliento hasta el último minuto. Y aunque la corrida comenzó finalmente sin mayores sobresaltos, el reloj y el reglamento siguen marcando el paso incluso para los más grandes.
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