Máxima expectación

Todo listo para la reaparición de Morante en Melilla: el genio vuelve tras su grave cornada

El diestro cigarrero regresa acompañado de Juan Ortega y la novillera Olga Casado, en un cartel mixto cargado de simbolismo

El Gobierno de Melilla confirma que Morante de la Puebla reaparecerá el 3 de septiembre tras su grave cogida el día 10
El Gobierno de Melilla confirma que Morante de la Puebla reaparecerá el 3 de septiembre tras su grave cogida el día 10Europa Press

Todo está dispuesto en Melilla para el esperado retorno de Morante de la Puebla, quien reaparece esta tarde en la Mezquita del Toreo tras la grave cornada sufrida el pasado 10 de agosto en Pontevedra. Aquella lesión en el muslo derecho, de unos diez centímetros de profundidad y doble trayectoria, obligó al sevillano a interrumpir una temporada que estaba siendo sencillamente histórica, dejando huérfano al toreo de su máximo representante artístico en la actualidad.

El regreso de Morante no es solo un reencuentro con el ruedo, sino la confirmación de que la fuerza del arte siempre encuentra el camino de vuelta. En una campaña jalonada de grandes hitos —con Puerta Grande en Madrid, orejas y rabos en ferias de peso y tardes memorables en Jerez o Salamanca—, el nombre del torero de La Puebla del Río se ha convertido en sinónimo de magnetismo, belleza y riesgo. La herida de Pontevedra supuso un paréntesis forzado, pero la expectación que ha despertado su reaparición en Melilla confirma que sigue siendo el gran protagonista de 2025.

El cartel de esta tarde reúne además a dos nombres que completan la ecuación: Juan Ortega, que ayer mismo abrió la Puerta Grande en Colmenar Viejo y llega en plena inspiración, y la novillera Olga Casado, que afronta una cita crucial en su carrera. Sobre el ruedo se verán toros de Tornay, ya sorteados, y dos novillos de Macandro, que completan un festejo mixto con todos los ingredientes para ser recordado.

La ciudad autónoma se ha volcado con la corrida. Desde ayer, los aledaños de la plaza respiran un aire de peregrinación. Aficionados llegados desde distintos puntos de la península recorren sus calles como si se tratara de un viaje de fe, con la única meta de volver a ver a Morante vestido de luces. La Mezquita del Toreo, situada en pleno ensanche modernista de Melilla, se convierte así en epicentro de una fiesta que desborda lo taurino para abrazar también lo cultural y lo social.

En estos días de feria, Melilla luce con la intensidad de una ciudad que vive los toros como seña de identidad. El mar abierto, la huella modernista de sus calles, el cruce de culturas y la convivencia de tradiciones hacen de este escenario un marco irrepetible para la vuelta del sevillano. Europa y África se dan la mano en una plaza que late con las esencias más hondas de la tauromaquia.

La reaparición de Morante es, en definitiva, mucho más que un simple regreso a los ruedos: es la celebración de la belleza, el coraje y la resistencia. Veinticuatro días después de aquella cornada en Pontevedra, el torero vuelve a ponerse frente al toro. Melilla lo recibe como lo que es: un acontecimiento que quedará marcado en la memoria de esta temporada irrepetible.