Obituario

El toreo se tiñe de luto por la mortal cogida de Álex Gavino en Perú

El joven diestro peruano fue embestido por un novillo con signos de haber sido toreado antes, en un festejo popular sin apenas medios en plena sierra andina

Detalle del crespón negro que se han colocado esta tarde los diestros
Detalle del crespón negro que se han colocado esta tarde los diestroslarazon

El toreo ha vuelto a vestirse de luto. Esta vez, en los Andes peruanos, donde el joven novillero Álex Gavino perdió la vida tras una trágica cogida durante una corrida en el distrito de Chiquián, en la provincia de Bolognesi (Ancash). Tenía apenas 28 años. Su nombre completo era Robert Alexander Copertino Gavino, pero en los carteles y en el ruedo era conocido simplemente como Álex Gavino.

El suceso tuvo lugar durante un festejo celebrado en honor a Santa Rosa de Lima, en una plaza improvisada, con las condiciones mínimas, pero con la entrega total de quienes se juegan la vida por la pasión del toreo. El toro que lo hirió, perteneciente a la ganadería Rupay, mostró un comportamiento extraño y, según apuntó el portal Perú Taurino, presentaba "evidentes signos de haber sido toreado con anterioridad".

La embestida fue letal. El animal hirió a Gavino en tres zonas críticas: el muslo, el abdomen y la axila. Heridas profundas, múltiples, imposibles de contener en un entorno sin los recursos médicos necesarios para una urgencia de esa magnitud. En apenas unas horas, su cuerpo no aguantó.

La muerte de Gavino ha dejado una huella de dolor profunda en la tauromaquia peruana y más allá. Su figura, poco conocida fuera del ámbito local, representa a todos aquellos toreros que, lejos de los focos, se juegan la vida con el mismo fervor, sin cámaras, sin médicos, sin gloria. Un mundo tan puro como salvaje, donde lo sagrado convive con lo precario.

Uno de los primeros en reaccionar fue Roca Rey, la gran figura del toreo peruano actual, que publicó un mensaje conmovedor en sus redes sociales: "Tu muerte duele y mucho a la tauromaquia peruana y mundial… diste la vida por lo que amabas, el toreo", escribió. Y añadió una frase que, hoy, suena como epitafio: "Ahora eres inmortal".

La tragedia de Álex Gavino nos recuerda, con crudeza, que el toreo sigue siendo un ritual peligroso. Ya sea en plazas de primera o en ruedos improvisados, la muerte nunca está lejos. Y aunque algunos intenten mirar para otro lado, en esta cultura antigua y contradictoria, cada vida que se entrega en el albero tiene un eco eterno.