
Feria de San Miguel
Trofeos, cogidas, toreo, valor y el reposo de Aguado... relato inconcluso en Sevilla
David de Miranda y Juan Ortega cortan una oreja cada uno, bien distinta; Pablo Aguado firma una buena tarde; Salvador Núñez se retira de la profesión y Araujo resulta herido

La vida da regalos. Y San Miguel es uno de ellos. Sevilla misma. Visitar por la mañana Camas para conocer a Patri, que no es tocaya, sino la hermana de Paco Camino, Patrocinio, que a sus 78 tiene la luz en la mirada, a pesar de haberse tenido que despedir no hace tanto de su hermano Paco, grandiosa figura del toreo (y mejor persona, se esmera en decir a cada rato). Hombre de grandes obras que pasaron en silencio sin necesidad de venderlas, como hacen los hombres buenos. No hace mucho tampoco que Patri tuvo que despedirse del otro hombre de su vida, su marido, después de 50 años, otro Paco. Gratitud por el día y las tortillitas de bacalao, que tanto disfrutaba el Niño Sabio de Camas. Horas después pisábamos La Maestranza, que es templo sagrado, con un llenazo, el primero de tres. Y un cartelazo: Ortega, Aguado y Miranda, que bien se ganó la sustitución. Y en esa maravilla los abanicos de este verano que no se quiere ir, aunque parece que lo hará de lleno el domingo con Morante. Lejos queda eso cuando el toro está en la plaza y todas las incertidumbres por desvelar. Era feote de hechuras el primero de Victoriano del Río, que ya de salida se quedó en los vuelos del capote de Ortega. No quería viajar en la lentitud de la capa de Juan. Y tampoco despegarse en la muleta del trianero, que se le ensució mucho. Dos lances mostraron el camino del toreo en el cuarto. Después vino (lo bueno) sin darle tiempo a Ortega a brindar. En el desorden impuso sus normas y retomó la faena como quiso y con rodilla en tierra en la primera tanda sonó la música al brotar el toreo con fuerza y belleza extrema. Galopaba el toro. Largas fueron las tandas y directo al corazón la emoción, el toro iba bravo y era deleite el toreo. Menos contundente lo encontró Juan al natural y volvió con la diestra entre las rayas. Quizá el toro fuera... Por ese pitón vibramos de nuevo, largo el toreo, terso y mágico en la abundante embestida del animal. Queríamos más, como si la fuente fuera inagotable. Remató Ortega con ayudados por alto y una estocada a la primera, punto abajo. Paseó un trofeo. Nos quedamos con ese puntito de seguir gozando de eso tan bello. Había faltado la rotundidad para llegar a las dos, pero todo lo que hizo tuvo fondo y belleza.

David de Miranda
David de Miranda nos puso el corazón en un puño con el tercero y lo hizo sin toro. Ahí el mérito. Replicó el quite magistral de Aguado, por chicuelinas, cómo torea… y en el turno de muleta el de Victoriano no humilló y tenía un tercio de arrancada. Suficiente. Lo tiene clarísimo De Miranda para aguantar estoico en el sitio y en el segundo decisivo. Acabó metiendo al toro y la gente en la faena con un mérito tremendo. Lo puso todo él. Expuso con el quinto, que se movió con descontrol. David fue todo corazón, y valor a raudales sin dominio. Nos puso en un ¡ay!
El lote de Aguado
Se partió el pitón de salida el tercero y el sobrero era un altón que engañó en la primera vara y se rajó en la siguiente. Embistió como era por arriba, sin entrega. No fue toro para grandes hazañas. Aguado le buscó las vueltas con torería y una claridad de ideas apabullante. Lo bordó con el capote en el sexto y arriesgó en la muleta. No fue fácil. Serio y con aplomo Aguado que impuso su mando y saber en estar aun a la contra. Da gusto verlo. Cogido Araujo y a la enfermería. La de Victoriano no fue buena.

Despedida de Salvador Núñez
►No era una fecha cualquiera para Salvador Núñez, el picador de Pablo Aguado se despedía de los ruedos y lo hacía nada menos que en Sevilla y por San Miguel. Para él fue la última vara de la tarde mientras sonaba la música y el brindis del toro. Sevilla le despidió con honores, como merece un torero que se ha entregado de lleno a esta bendita y loca profesión de ser torero, en este caso picador de toros.

Parte médico
SEVILLA. Primera de San Miguel. Lleno de «No hay billetes». Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés, El 1º, asquerosote; 2º, sin entrega y con un cuarto de embestida; 3º, sobrero, deslucido; 4º, buen toro; 5º, movilidad sin entrega; 6º, complicado.
Juan Ortega, de purísima y oro, estocada desprendida (silencio); estocada (oreja).
David de Miranda, de rosa y oro, estocada desprendida (oreja); estocada (saludos ).
Pablo Aguado, de sangre de toro y azabache, estocada (saludos); pinchazo, estocada (ovación).
Parte médico de Araujo: Cornada de 10 centímetros en el muslo izquierdo.
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