San Isidro

El valor helador de Víctor Hernández puede con la tarde

El torero corta un trofeo y falla la otra faena con la espada y David Galván da dos vueltas al ruedo en la segunda de la Feria de San Isidro de Madrid

Víctor Hernández, en Las Ventas
Víctor Hernández, en Las VentasAlfredo Arévalo

Era justo Diego Urdiales, torero devoción del torero de Camas quien abría paseíllo en Madrid mientras nos llegaban las noticias del segundo ingreso en Sevilla esta semana del maestro Curro Romero por insuficiencia respiratoria. El mito se apaga sabiendo que su luz y su estela serán eternas, porque Sevilla y todas las plazas de este planeta taurino olerán siempre a romero, a capotillo pequeño, a verónica sedosa y muletazos de parsimonia y empaque. Diego se las vio con un primero de El Pilar, despampanante de cara y con 600 kilos, pero de nula fuerza y el lucimiento no fue posible.

Duro y bronco fue un cuarto altote con el que Diego Urdiales se las vio y decidió abreviar.

Víctor Hernández

Víctor Hernández había desafiado al viento en el quite que le correspondió por el toro de David Galván. Se iría después largo en la faena tanto como para escuchar un aviso y no haberse perfilado en la suerte suprema. Con esa seña de identidad tan esteta de Galván anduvo en el primer tramo de faena aprovechando la bondad del toro y la larga embestida del toro. Conectó con Madrid como lo había hecho hace días con Sevilla. Se amontonó después un poco justo cuando el toro se vino abajo y resolvió con recursos, arrucinas… Las manoletinas acabaron de conectar mientras el tiempo pasaba. Dos avisos apretaron el tiempo. La petición quedó en vuelta al ruedo.

Otra más dio con el quinto, en este caso toro sobrero de Castillejo de Huebra, que era un torazo pasado. El de hierro titular fue devuelto a los corrales. Le planteó faena Galván con buenas intenciones, el animal tenía movilidad, pero poquísima transmisión. Mató en la rectitud y dio una vuelta al ruedo.

Orientado

Al tercero se le hicieron las cosas mal en los primeros tercios y cuando llegó a la muleta de Víctor Hernández el toro estaba muy orientado y sabía lo que se dejaba atrás en cada momento. El diestro no solo no volvió la cara sino que se puso como si fuera bueno, con una verdad descomunal y desprovisto de cualquier ventaja. Se jugaba la cogida en cada muletazo y así lo vivimos con una tensión que, cuando todo acabó, sentimos descanso. Una estocada corta de muerte rápida hizo que Hernández paseara el trofeo.

Para atrás fue también el sexto y saltó un sobrero de Villamarta, que esperó en el centro del ruedo y apretó después. Lo normal en un señor de casi seis años, que esperó lo suyo en banderillas. Tuvo cierta bondad el animal dentro de sus irregularidades y sincera fue la actuación de Hernández. No hubo tandas maceradas, pero siempre ganas de encontrar el sitio y echar para adelante la faena. De infarto las manoletinas. Una pena que después la espada no entrara.

Ficha del festejo

Las Ventas. Segunda de feria. Toros de El Pilar, El 1º, flojo; 2º, de buen juego; 3º, peligroso; 4º, bronco y de mal estilo; 5º, sobrero de Castillejo de Huebra, manejable y soso; 6º, bis de Villamarta, que se deja, pero incierto y bronco. Casi lleno.

Diego Urdiales, de catafalco y oro, pinchazo, estocada que hace guardia (silencio); estocada (silencio).

David Galván, de malva y oro, estocada, descabello, dos avisos (vuelta); estocada (vuelta)

Víctor Hernández, de grosella y oro, estocada corta (oreja); tres pinchazos, aviso, estocada baja (silencio).