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Subasta

¿Vale el conejo de Jeff Koons 81 millones de euros?

La venta de «Rabbit» en Christie’s le convierte en el artista vivo más caro por delante de Hockney. La pieza fue comprada por Robert E. Mnuchin, coleccionista y padre del Secretario del Tesoro de EE. UU.

"Rabbit", de Koons es una obra realizada en acero inoxidable
"Rabbit", de Koons es una obra realizada en acero inoxidablelarazon

La venta de «Rabbit» en Christie’s le convierte en el artista vivo más caro por delante de Hockney. La pieza fue comprada por Robert E. Mnuchin, coleccionista y padre del Secretario del Tesoro de EE. UU.

Vale lo que cada quien esté dispuesto a pagar. Es obvia la respuesta. Como vale, exactamente, no más de unos cuantos dólares sabiendo del material de que está hecha la pieza, que ha visto crecer de manera exponencial su precio de salida. Juzguen ustedes y echen cuentas. Rentable sale, desde luego. Koons siempre ha generado una interesante controversia, pues sus detractores le sitúan más cerca del escaparatismo meramente comercial, del ornamento y el adorno a menor o mayor escala que de eso que tan pomposamente llamamos creación artística.

Las subastas de primavera están que arden. Nueva York es una flama en la que el martillo cae una y otra vez con cifras millonarias. Después del «pelotazo» de «Les meules» de Monet, vendido el lunes por más de cien millones de euros, lo que significa entrar en el selecto club de las tres cifras y colarse en el ranking de las diez obras más caras vendidas en subasta, le llegaba el turno al arte contemporáneo. Jeff Koons a buen seguro que lleva horas dando tantos saltos como su conejo de acero inoxidable.

Y es que la fauna del artista, otrora «broker» y ex marido de la ubicua Cicciolina, ha colocado esta graciosa figura con forma de conejo en los 81 millones de euros (más de 91 millones de dólares), lo que le sitúa en el podio del artista vivo más caro. No es broma, son los hechos. Nadie sabe mejor que él, el primer artista que contrató los servicios de una agencia de publicidad para promocionar su imagen, cómo manejar el mundo del «business» y sacar el mayor provecho. Sin duda que la venta oxigenará su negocio, no precisamente en uno de los mejores momentos para el artista.

10 minutos 40 segundos

No tardó Jussi Pylkkanen, ese vendedor de corbata color morado, flequillo y envidiable flexibilidad que se ha convertido en una pieza estrella (y lo sabe y sabe sacarse partido), en colocar la obra en manos millonarias: apenas 10 minutos y cuarenta segundos, según cronómetro oficial de la casa vendedora a Robert E. Mnuchin, coleccionista primero, y padre, después del secretario del Tesoro de Estados Unidos. Una escultura «bella, siniestra, vacía, sexy, escalofriante, deslumbrante e icónica», según la describían en el catálogo de la casa de subastas.

La pieza, creada en 1986, está considerada como uno de los iconos del arte del siglo XX, y supera el precio histórico que alcanzó hace seis meses, en noviembre de 2018, meses el cuadro de David Hockney «Portrait of an Artist (Pool With Two Figures)», por el que se pagaron 80 millones de euros en noviembre (90 millones de dólares).

¿Cuantos conejos le quedan a Koons por sacar de la chistera? Existen solo cuatro esculturas de similar factura hecha en acero inoxidable, pero esta es la única que aún permanece en manos privadas, ya que el resto pertenecen a museos de Los Ángeles, Chicago y Qatar. Además, mientras que los conejos del Board Art Foundation de Los Ángeles, del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago y del Museo Nacional de Qatar se exhiben con frecuencia, el subastado no había sido mostrado al público desde 1988, cuando se vio en el Museo Fredericianum de Kassel, Alemania.

«Rabbit», una escultura minimalista en un brillante color plateado de un conejo, ha aparecido en numerosas portadas de libros, revistas y catálogos, y una versión monumental participó en 2007 en el popular desfile del Día de Acción de Gracias que organiza en Nueva York la cadena de grandes almacenes Macy’s. Con esta pieza de poco más de un metro de alto el artista vuelve a recuperar el récord de un artista vivo, que había ostentado desde noviembre de 2013 con su «Balloon Dog (Orange)», por el que se pagaron 58,4 millones de dólares en otra subasta de Christie's, hasta que se lo arrebató Hockney. En el Rockefeller Center estaba expuesta la pieza desde el pasado 3 de mayo. Christie's era consciente de que podía alcanzar un elevado precio, aunque aparentemente solo nos conmuevan las cantidades de cientos de millones. No todos pueden ser «Salvator Mundi».

Curiosamente la venta ha coincidido casi en fechas con la exposición que en el Jumex, en la Ciudad de México, le rendirán con el título de «Apariencia desnuda: el deseo y el objeto en al obra de Marcel Duchamp y Jeff Koons», y ahí estará el propio artista esperando que los focos se posen en él. Es la vuelta de tuerca que le ha dado el curator Massimiliano Gioni, que sitúa a ambos como los artistas más influyentes del siglo XX y trata de relacionarlos por aquello de coincidir el tema de los objetos encontrados elevados a categoría de arte. Eso sí, salvando las distancias temporales (Duchamp fue el creador-inventor del concepto y Koons se benefició bastantes años después del hallazgo y lo hizo suyo, a su manera y en acero inoxidable).

Christie's, que echa cuentas después de cada sesión, está satisfecha por rebasar la previsiones de la sesión celebrada el año pasado por las misma fechas (el total de la noche llegó casi a los 483 millones de euros, 540 millones de dólares). No olvidemos que artistas como Rauschenberg, Louise Bourgeois, Frank Stella, Larry Rivers y Daniel Buren también contribuyeron a consolidar la venta del martes y establecieron nuevo srecords mundiales para sus obras.