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El «Salvator Mundi» de Da Vinci bate todos los récords del arte: 381 millones de euros

En una puja de casi 19 minutos, el cuadro se ha convertido en la pieza subastada más cara de historia al alcanzar una cifra récord de venta de 450,3 millones de dólares (382 millones de euros).
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En una puja de casi 19 minutos, el cuadro se ha convertido en la pieza subastada más cara de historia al alcanzar una cifra récord de venta de 450,3 millones de dólares (382 millones de euros).
Por curiosidad, quedaba saber solo cuál iba a ser el precio de salida de la obra de Leonardo da Vinci «Salvator Mundi» en la gran fiesta que el copresidente de posguerra y arte contemporáneo Loic Gouzer ha convertido las subastas. Se esperaba un gran récord, trabajado desde hace meses por el experto en arte suizo.
Hasta que llegó el lote 9, el silencio invadió la sala en una noche en la que las pieza anteriores se beneficiaron de la expectación. Todas se vendieron por encima de las estimaciones. Entonces, llegó el Leonardo que empezó con un precio de salida de 70 millones de dólares. La tensión de la puja que se prolongó en total durante 18 minutos y 40 segundos se rompió en dos ocasiones: cuando rebasó los 200 millones de dólares con gritos, y al final cuando llegó a los 400 con aplausos. Y así terminó la venta del cuadro más caro de la historia con un precio total con la comisión de la casa de 450.312.500 dólares. Y sólo era el principio de la velada.
Su mérito consistió en hacer que Leonardo da Vinci, maestro del Renacimiento, reciba en Nueva York tratamiento de estrella del rock. Da Vinci ahora es maestro también en las redes sociales, como Facebook e Instagram, gracias a las ideas revolucionarias de Gouzer. Eso sí, el guión fue el de siempre en la antigua casa de subastas: conseguir el mayor número de récords posible mientras se mira por encima del hombro a la competencia. Esa es la casa de Sotheby’s al otro lado de Manhattan.
Ayer fue la traca final después de más de un mes de gira de la obra por Hong Kong, donde se ha visto entre el 13 y 16 de octubre; San Francisco, entre el 17 y 21 del mismo mes; Londres, entre el 24 y 26, y Nueva York, donde se subastó entre el 28 y 4 de noviembre. Gouzer mira a Asia desde hace años. Ayer hizo de Christie’s una gran celebración. Colas en la entrada antes de la subasta, la cual empezó a las siete de la tarde (una de la madrugada en España). Sala abarrotada. Periodistas de todo el mundo. Entre los que destacaban los asiáticos. Entre las diferentes monedas del tablero de la casa de subastas, que indican la marcha de la puja, contaban junto con el dólar, la libra esterlina, el franco suizo, el yen japonés, el dólar de Hong Kong, el rublo ruso y el yuan renminbi chinio En otras palabras, participaron en la fiesta compradores de todas partes del mundo. Mientras, asistentes japoneses a la subasta en zapatillas, pantalones metálicos y chaquetas oscuras encontraban su asiento junto con los hombres de negocio chino, que iban vestidos de negro, y los habituales clientes y galeristas, siempre serios, neoyorquinos.
Horas antes de la subasta Gouzer empezó la fiesta al incluir en su Instagram un vídeo de los peces de helio de Philippe Parreno, «My room is Another Fish Bowl», estimados entre 250.000 y 350.000 dólares. Una de las obras más bajas de la noche. Pero, sus peces han acaparado la atención de los visitantes de la galerías, ávidos por el preciado «selfie» con uno de los animales detrás volando por la prestigiosa casa de subastas.
La revolución de Gouzer
Como a Gouzer le gusta, la pieza de Leonardo da Vinci es lo más entre lo mejor. Incluso se rumorea entre los anticuarios que no es obra del genio renacentista. Y es que ellos siempre han mirado con cierto desdén la revolución de Gouzer en Christie’s. El santo grial de las pinturas de los viejos maestros, que el suizo se ha empeñado en destacar, tiene todo lo que los expertos necesitan para convencer a los compradores de que vale la pena desembolsar más de cien millones de dólares para hacerse con ella. «Salvator Mundi» es una pintura de la figura más icónica en el mundo de uno de los genios del arte. En un honor tener la oportunidad de traer esta obra maestra al mercado. Algo que sólo ocurre una vez en la vida. A pesar de haber sido creada hace más de 500 años, el trabajo de es tan influyente en el mundo del arte como si hubiese creado hoy. «Tenemos la sensación de que esta pintura dentro del contexto de nuestra venta de arte de posguerra y contemporáneo es testmanto de la relevancia de esta pieza», justificó Gouzer, el cual algo tenía que decir después de venir con la ocurrencia de colocarla en el lote 9 entre el lote 8 «Lead Sea #2», de Vija Celmins y el 10 «Il Duce», de Basquiat. A la fiesta, se unieron otros nombres que nunca le fallan a Gouzer. Entre ellos, destacó el lote 6 «Saffron», de Mark Rothko y Basquiat, aunque el lote 13, «Sixty Last Suppers», de Warhol, cuya estimación no se había especificado, fue, sin duda, el guiño de la noche a Leonardo. Gouzer lo sabe. Y no lo puede hacer mejor.