Un hombre de firmes convicciones
Conocí a José Manuel Lara hace ya muchos años, pero en las dos últimas décadas he disfrutado de su amistad y he tenido el privilegio de escuchar sus buenos consejos y su charla constructiva. Era fácil ser amigo de José Manuel porque él, como nadie, nos abría un mundo de ilusiones y esperanzas.
Y yo compartía, y comparto, su amor por el español, insignia que ha llevado por el mundo desde su posición de gran mecenas de las letras españolas. Y creía y creo, como él, que la Monarquía constitucional es el pilar del bienestar y el progreso de nuestro país.
Con estas firmes convicciones, José Manuel Lara ha contribuido como pocos a situar nuestro país en la vanguardia del mundo cultural y sociopolítico. Nadie como él supo emplear el poder de la lengua para llegar a los últimos confines del planeta. Nadie expresó nunca con tanta claridad el amor por la patria y por los valores que conforman una democracia consolidada.
Con José Manuel se nos va una figura imprescindible para entender la historia reciente de España, tanto en su vertiente cultural como social y económica. Desde el Consejo Empresarial para la Competitividad, al que tanto aportó, vamos a echar en falta su análisis certero y su entrega sin condiciones. Vamos a recordar siempre su pasión por dejar un futuro mejor del que heredamos, por construir sobre la base del diálogo y del trabajo.
Pero, a los amigos, José Manuel nos ha dejado lecciones de vida. Nos ha dejado la imagen de un luchador, que nunca se conformó con el destino. Nos deja su capacidad de trabajo, su inteligencia y su afición por saltar obstáculos para alcanzar las más altas metas.
Hoy me uno de corazón al dolor de su familia. De su esposa Consuelo, que le dio su vida en estos últimos años; de sus hijos; José, Marta, Pablo y Ángela, en cuyos gestos y recuerdos él seguirá viviendo; de todos los trabajadores de Planeta y AtresMedia, que han tenido el privilegio de servir en las huestes de un verdadero líder.
Todos hemos perdido a un ser muy especial, a un emprendedor infatigable y a un hombre afable que luchó hasta el último día de su vida por defender unos valores de convivencia y democracia para el bien común.
Todos los que tuvimos el privilegio de ser sus amigos, de admirarle y recibir sus sabios consejos, nos sentimos hoy comprometidos con su legado. José Manuel seguirá con nosotros si somos capaces de desarrollar su obra y mantener sus convicciones.
Desde la más profunda gratitud, por sus siempre serenas palabras de ánimo, por su amor por nuestro país y por su juicio equilibrado, hoy me declaro su más humilde seguidor.
*Presidente de Telefónica