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Un vestuario de categoría que no existe: ha sido devorado por las llamas

El diseñador Paco Delgado podría ganar un Goya hoy y un Oscar la semana que viene
larazon

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Empezó en el cine con «La comunidad», de Álex de la Iglesia, para el que trabajó en la mayor parte de sus películas. Almodóvar lo fichó en «La mala educación», y también repitió. Su talento no pasó inadvertido para el resto del mundo, y González Iñárritu contó con él para «Biutiful». Y llegó Hollywood, nada menos que la mayor superproducción en mucho tiempo, «Los miserables». Éste ha sido el año del reconocimiento, de momento, gracias a las dos nominaciones más importantes que podía lograr: la del Oscar y la del Goya (ya había sido nominado por «Balada triste de trompeta» y «La piel que habito») por «Blancanieves». Experiencia para afrontar un proyecto tan atípico no le faltaba, aunque, en un principio, no lo vio con muy buenos ojos: «La primera vez que hablé con Pablo tenía claro que no quería hacer la película porque me pareció una marcianada. En blanco y negro, cine mudo... Pensaba que no iba a encajar en ella a pesar de que soy un gran fan del mudo. A la media hora de hablar con él, estaba convencido. Lo tenía muy claro. Quería basarse en imágenes de Cristina García Rodero, en el cine mudo». El mayor reto fue conseguir un vestuario de época sin que lo folclórico se convirtiera en un cliché, o, como dice Delgado, «una raíz española sin caer en el topicazo. Es increíble trabajar en vestuarios de plazas de toros con mujeres vestidas con mantilla y peineta. Son elementos con los que no puedes hacerlo normalmente. Eso, junto a los enanitos y Blancanieves, es la parte más folclórica». Pero existe otra, la de unos diseños que parecen sacados de una novela de Francis Scott Fitzgerald. «Es el "look"de la madrastra, una mujer moderna. Desgraciadamente, la mayoría del vestuario se ha quemado. Del deMaribel sólo queda el velo y algunos zapatos. Ardió todo en las naves en las que estaba guardado. Es una pena, pero hay que ver la parte poética: el cine es efímero». La fama también lo es, aunque no sea el mejor momento para recordárselo a Delgado, quien tras los Goya asistirá a la gala más glamourosa del mundo, la de los Oscar.
«No te puedes esperar algo así. Ni te lo planteas. Ha sido un trabajo mastodóntico. He aprendido muchísimo. Pero nunca tienes el dinero que necesitas, ni en Hollywood. Tenía mucho , algo más de un millón de euros, pero he vestido a 4.500 personas, he hecho miles de vestidos nuevos, tenía 60 profesionales a mi cargo durante nueve meses... Siempre es poco».

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