Una subasta que se supera
La Fundación Balia recauda 214.000 euros en su puja fotográfica solidaria, un recórd con respecto a la de 2013
El arte tiene una función social con dos vertientes, una de educación cultural, y otra, de beneficiencia, aunque esta última se desaprovecha generalmente. Pero siempre encontramos una excepción que confirma la regla. Ayer tuvo lugar en el Museo Thyssen-Bornemisza la subasta benéfica organizada por la Fundación Balia por la Infancia, que además contaba con el apoyo de otras instituciones como Christie’s y Photoespaña. La asistencia fue un éxito, rondando el medio millar de personas. Y es que el motivo así lo requería. La periodista Marta Robles, maestra de ceremonias, lo expuso de la siguiente manera: «Son más de tres millones de niños los que no tienen sus necesidades cubiertas, esto me pone la piel de gallina». Esos son los datos. Uno de cada tres niños viven en condiciones de pobreza. Por eso no es suficiente con un evento benéfico para solucionarlo. Así lo expresó la presidenta de la Fundación Balia, María Entrecanales, quien afirmó que lo que se debe hacer es «que cada uno de nosotros nos miremos dentro y nos preguntemos cómo podemos ser un poco más generosos. La historia nos demuestra que los seres humanos somos más generosos en situaciones de emergencia. Que esto no se quede en un acto solidario más al que asistir». En el acto, además de la subasta, hubo una actuación de baile por los niños pertenecientes a la fundación que, como reseñó Entrecanales, «refleja el camino y el trabajo que hemos desarrollado en Balia». Posteriormente se emitió un vídeo en el que uno de los bailarines comentaba que «Balia es mi segunda familia».
Fueron 20 lotes los que se vendieron en la tarde de ayer en la subasta comandada por la directora de Christie’s Dalia Padilla. La obra por la que más se pagó fue la de Hiroshi Sugimoto, 26.000 euros. El resto de obras vendidas fueron de Chema Matoz (6.000 euros), Miguel Ríos Branco (7.000), Brassaï (4.500), Elena del Rivero (4.000), Eduardo Marco (5.500), Isabel Muñoz (7.500), Luis González Palma (4.500), Uta Barth (9.000), Juan Manuel Castro Prieto (4.500), James Casabere (12.000), Joan Fontcuberta (11.000), Noé Sendas (4.500), Bohnchang Koo (6.000), Alberto García-Alix (10.000), Lucas Foglia (7.500), Ori Gersht (9.500), Javier Vallhonrat (11.000), José Manuel Ballester (10.000) y William Klein (14.000).
Algunas de las fotografías fueron aportadas por particulares, mientras que otras, como es el caso de García-Alix, las cedieron los propios artistas. A la recaudación de todas las obras hay que añadir la de las entradas compradas por los 500 asistentes.
En total, 214.000 euros que serán destinados a los proyectos de la Fundación Balia. Esta cifra es récord en recaudación benéfica en nuestro país, superando a los 177.000 euros que se obtuvieron en la misma subasta realizada en el año 2013.
Una de las claves para lograrlo ha sido la participación de Photoespaña pues, como afirmó María Entrecanales, «ha aportado visibilidad y solvencia».
Con esa aportación económica a la fundación se pretende dar «las herramientas emocionales y estructuras psíquicas adecuadas», según ella. Eso es lo que reciben los 4.900 usuarios que Balia tiene actualmente. No obstante, María Entrecanales aseguró que cuando la fundación inició su camino en 2001 la pobreza infantil no era un hecho reconocido: «Había quien pregunta si realmente existía la pobreza infantil». Pero es que el problema no se traslada a la vida de los niños que viven en una situación precaria, sino a toda la sociedad ya que esa circunstancia puede crear «mentes poco saludables que son una amenaza clara para nuestra sociedad». El objetivo no puede ser más sencillo a como lo expresó Marta Robles: «Que tengan las mismas oportunidades que tuvimos nosotros y que tienen nuestros hijos».
Siempre va a ser de agradecer eventos como éste en los que los que más posibilidades económicas tienen aporten parte de su patrimonio a la beneficiencia ya que, como reconoció Entrecanales, así se ayuda a luchar «de manera consciente por una sociedad más justa y equilibrada». Sólo cabe esperar que se sigan realizando estos acontecimientos y que sigan sumándose a la causa tanto artistas como particulares y galerías para que el número de asistentes interesados en las obras sigue creciendo.
Arte a muy buen precio
Las obras de arte de precios estratosféricos están reservadas exclusivamente a las carteras más holgadas. Sin embargo, en este tipo de actos benéficos se pueden adquirir obras a un precio más económico de lo normal. Este es el caso de la fotografía de Alberto García-Alix, que retrata una joven con el pelo al viento en blanco y negro, que es una edición única. La imagen, con un precio inicial de 4.235 euros, se vendió por 10.000, una cantidad reducida respecto al valor que alcanza habitualmente en el mercado, teniendo en cuenta que hablamos de uno de los grandes de la fotografía.