Sección patrocinada por sección patrocinada

Entrevista

Verónica Echegui: "El amor es el campo de juego más complejo que existe"

La actriz encarna a una traductora, mexicana nativa, en la cinta "El libro del amor", dirigida por Analeine Cal y Mayor

La actriz Verónica Echegui interpreta a una traductora mexicana en su nueva película
La actriz Verónica Echegui interpreta a una traductora mexicana en su nueva películaAbraham Blázquez GarcíaAbraham Blázquez García / Suria

Decía el Marqués de Sade, que algo entendía de las arrebatadas debilidades de la carne, que el sexo debía constituirse como el equilibrio perfecto entre el dolor y el placer, porque a fin de cuentas ambos funcionaban como pasaportes indispensables con los que poder emprender un vuelo hacia la felicidad o el amor. En la última película protagonizada por la cuatro veces nominada al Goya Verónica Echegui, hay más de lo último que de lo primero, pero los afectos siguen colonizando la práctica totalidad de los rincones de la edulcorada trama. "El libro del amor" es, en palabras de la actriz madrileña, una de las experiencias más bonitas que ha vivido en el cine y eso se debe en gran parte, al enclave privilegiado de Chiapas en el que ha tenido lugar el rodaje de esta historia de amor entre un escritor británico de prosa mediocre (el británico Sam Caflin es en este el encargado de dar vida a este inexperto relator) y la traductora mexicana de su único libro publicado hasta el momento (basado en el amor del espíritu más que en el del cuerpo), que ha resultado ser todo un fenómeno de ventas en el país de Chavela por las licencias eróticas de telenovela arquetípica que María (Echegui) se ha tomado a la hora de traducirlo.

Con 21 años, la intérprete recorrió gran parte del territorio como mochilera y cuenta que tanto su abuela como su bisabuela eran mexicanas, por lo que interpretar a una nativa ha supuesto para ella una suerte de conexión ancestral con parte importante de sus raíces. En absoluta armonía con la temática de la novela, la actriz nos recibe en la acogedora planta de abajo de La Mistral, esa librería milagro con escalera de madera, afrancesadas paredes con boiserie y hasta un pequeño escenario, cuyo nombre alude al apellido de la poeta chilena que hace apenas un año abrió sus puertas en la capital madrileña, en pleno corazón de Arenal, con el objetivo de ofrecer, según reza su descripción en la web “un lugar de encuentro del que no te quieras ir”. Y sí, lo cierto es que al final de la entrevista, nos cuesta un poco levantarnos.

-¿Hubo sorpresa en la propuesta?

-(Risas). Hubo sorpresa en la respuesta, desde luego. No conocía a la directora, ni a los productores. Me sorprendió bastante al principio, leí el guion, me encantó, tuve una entrevista con la directora, tuvimos muy buen feeling y al preguntarme si yo era capaz de hacer de mexicana nativa le dije que sí. Luego ya me puse a rezar. A medida que iba avanzando el trabajo todo resultaba más emocionante. A Sam tampoco le conocía y resultó ser una persona encantadora. Es un actorazo muy divertido, que lo hace todo fácil. La verdad es que al ser un rodaje tan lejos, tan intenso, de tantas horas, si hago un balance general del equipo creo que me tocó la lotería. Ha sido un proyecto regalo si te digo la verdad y así es como lo viví.

-¿Cómo definirías tu relación con el amor? ¿Es posible seguir creyendo en él?

-Claro que sí, por qué no. Es el sentido que tiene que estemos aquí todos, de que simplemente existamos. Entendiendo el amor como una energía que, para mí, le da el motor y el sentido a todo. En las relaciones de pareja ya tendríamos para un debate muy extenso. También creo que primero está el amor a uno mismo y eso en fundamental porque si no te quieres nadie te va a querer, eso es una ley universal. Y luego entiendo que el amor pasa por conocer al otro, por conocerte, por crecer... por eso todos lo buscamos, porque el amor es el campo más complejo que existe. Te ves enfrentado a tus demonios, a tus miedos, a tus inseguridades y también intentas ofrecer lo mejor de ti, es un espacio de aprendizaje continuo. En mi caso necesito conocer a la persona para enamorarme, si no sé quién eres, quizás me enamore más de una idea o de lo que yo presupongo que eres, que de la realidad. A veces nos enamoramos de ilusiones, no de cosas reales.

"A veces nos enamoramos de ilusiones, no de cosas reales"

Verónica Echegui

-El protagonista de la cinta, Henry, tiene una concepción del amor muy espiritual, muy poco experimentada, muy naíf. ¿Crees que es posible la existencia de una relación romántica exenta de sexo?

-Uff si hablamos de un amor platónico pues sí, ¿no? En el caso de Henry, creo que el problema que tiene con el amor es que es un personaje movido por el miedo, cree que necesita salvaguardarse, protegerse y no ir más allá por el hecho de no exponerse. Y el personaje de María hace lo contrario: se lanza sin agua porque piensa que el amor sin fuegos artificiales y sin pasión, no tiene ningún sentido.

-Dentro del campo de la literatura ha habido infinidad de mujeres condenadas al ostracismo a lo largo de la historia y en esta película, aunque de forma velada, se intuyen algunos guiños a esta realidad injusta a través de la figura de María.

-Hay todavía muchos países en los que la mujer sigue siendo un ciudadano de tercera y en este sentido, me imagino que hay mujeres en algunos lugares que todavía no están publicando o que pueden publicar pero la recepción que llegan a tener sus libros no puede compararse a la de compañeros autores. También es verdad que de lo que no controlo prefiero no hablar demasiado y si llevamos esta situación a otros campos, siento esperanzada que cada vez hay más mujeres en más sitios, por lo menos aquí en España. También he estado en países en los que las mujeres no pueden ni siquiera denunciar una violación porque no existe una ley que las ampare.

Verónica Echegui junto a Sam Claflin
Verónica Echegui junto a Sam ClaflinImdb

-¿Cómo ha sido el rodaje en Chiapas y la experiencia de hacerlo en dos idiomas paralelamente, uno de ellos con un acento que no es el tuyo?

-Pues mira ha sido una auténtica pasada. En Chiapas estuve hace unos 18 años, justo antes de rodar "Yo soy la Juani" y este regreso ha conllevado darme cuenta de que hay cosas que han cambiado bastante, pero al estar allí rodando una película sentí algo increíble. Es un lugar precioso lleno de naturaleza, de contrastes, de verde, es otra forma de entenderlo todo. Allí me he sentido más viva porque tienen otra concepción de lo que es la vida y la muerte, le dan una importancia relativa a ciertas cosas que para nosotros parecen trascendentales. Y lo de hablar en mexicano pues la verdad es que también ha sido una suerte. Cuando conocí a la directora como te comentaba antes, me preguntó si no habría problema por mi parte en hacer de mexicana nativa. Mi abuela y mi bisabuela eran mexicanas y aunque no vivieron tanto como para que yo pudiera hablar con acento, sí que había algo como ancestral y también he podido contar la ayuda de un coach maravilloso con el que estuve mes y medio preparándome el acento. Me vi todas las pelis, las series y me fijé mucho en el trabajo de la actriz Ilse Salas, que es buenísima. Y luego el inglés... pues mira, hablaba mucho con la directora para que quedara lo más natural posible porque si me ponía a hablar inglés con acento mexicano me lo llevaba a un cliché y no queríamos eso. Imagínate que vas a un país a hacer de húngara, con un equipo húngaro que si no se creen que tú eres húngara, es difícil que te encuentres segura porque el primer público es el equipo y en ese sentido fue un auténtico reto. Los primeros días llegaba, me ponía a hablar en mexicano y me decían pero ¿de dónde eres? (risas). Una vez pasado ese filtro, ya me vine más arriba.

"A mí no me molestaría ver a una actriz mexicana haciendo de española"

Verónica Echegui

Cuando Javier Bardem participó en "Being the Ricardos" se generó cierta corriente de críticas por su acento español al interpretar al actor y músico cubano Desi Arnaz y tal fue el revuelo que al ser preguntado por si el papel debería haber recaído sobre un actor latinoamericano en vez de español, Bardem se defendió alegando que él era actor y que eso es lo que hace para ganarse la vida: "intentar ser personas que no soy". ¿Las nacionalidades condicionan vuestro trabajo de interpretación?

-Creo que no porque el trabajo del actor, es efectivamente transformarse en otras personas. Y si esas personas pertenecen a otra cultura y hablan otro idioma y tú les puedes dar vida, por qué no vas a hacerlo. El asunto es que tengas herramientas para ello y resultes creíble. A mí no me molestaría ver a una actriz mexicana haciendo de española. Si lo hace bien, cumple con el personaje y cuenta bien la historia a mí no me parece un problema. Además creo que Javier Bardem está estupendo en esa película.

¿Estás en un punto de tu carrera en el que te apetece seguir internacionalizándote?

-Pues sí y no la verdad. Lo que me interesa es trabajar en proyectos que me gusten, me da igual de dónde vengan. Es verdad que a mí los idiomas me apasionan y siempre me ha encantado viajar, es algo que hecho desde que era muy joven. Si me das un italiano, un francés, lo que quieras.. me estimula aún más. Pero no tengo marcada ninguna meta ni ningún camino concreto, prefiero estar abierta a lo que venga y elegir lo que me apetezca.