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Real Madrid-Espanyol (2-0): Benzema lo hace todo

Varane ha adelantado al equipo de Zidane tras una buena jugada del delantero francés, que después marcó el segundo en un partido sin mucho brillo del equipo de Zidane

El Madrid se adelanta en el marcador gracias a un gol de Varane
El Madrid se adelanta en el marcador gracias a un gol de Varane / Foto: Jesús G. FeriaJesús G. FeriaLa Razón

Benzema, hasta en los días que se le ve algo impreciso. Benzema para dar los goles y para marcarlos. Hay un motivo por el que el delantero francés suma minutos y obliga a Jovic a ver los partidos en el banquillo y a Mariano pensándose su salida. Karim es insustituible y ahora mismo no se puede imaginar un Real Madrid sin él en el campo. Se echó de menos a Hazard y sin su electricidad, el equipo fue más plano; puede que sin Marcelo falte algo por el lado izquierdo (y más va a faltar en Mestalla tras la expulsión de Mendy por doble amarilla). Pero el Real Madrid ganó, en un día gris, al Espanyol. No está tan claro que pueda ganar encuentros sin Benzema en el campo. Él se inventó el primer gol para que Varane lo rematase con sutileza y en la segunda mitad, antes de que lo ajustado del marcador asustase al público, el delantero hizo el segundo. El crecimiento de Benzema era inimaginable. Sospechoso siempre para parte del público madridista, ahora es su bandera.

Con Benzema al frente, el Madrid logró su objetivo: jay que sumar, hay que llegar al Camp Nou para desafiar al Barcelona. Sumó los tres puntos en un partido sin el ritmo de otros días. Sin Hazard, Vinicius, en la banda que le gusta, fue de lo mejor del equipo en ataque: profundo hasta el área. Sin embargo, ni él ni sus compañeros supieron sacar mayor rendimiento de su estilo. Fue un Madrid menos hilado, más funcionaral, pero sumó los tres puntos. El Espanyol no está para muchas cosas a estas alturas y su futuro no tiene buena pinta. En el Bernabéu dejó un remate de Granero para que Courtois dejase su huella con una parada y nada más.

Quizá al ver al rival tan poco afilado hizo que el Real Madrid casi nunca subiese de revoluciones. Ganó y cumplió, no hubo muchos lujos, pero ya deja más lejos al Atlético y sigue en pugna con el Barcelona. Eso es lo que importa.

Pero está claro que Zidane va a tener que dar vueltas al equipo que quiere para los dos próximos choques importantes en Mestalla y Camp Nou. El día de Brujas es para dar minutos, pero es en Valencia y en Barcelona donde va a encontrar este Madrid su medida. Va a notar la ausencia de Hazard porque el belga había adquirido jerarquía y su asociación en la izquierda con Benzema y Marcelo era el mejor camino para hacer daño al rival. Tampoco está Marcelo y contra el Espanyol el ataque por esa banda fue una guerra particular de Vinicius. Cuando tiene el balón de cara, un defensa delante y campo para correr, el Bernabéu siente un cosquilleo de excitación: sabe que van a pasar cosas, que va a ocurrir un acontecimiento. Fue Vinicius quien más actividad tuvo en un equipo impreciso y sin claridad para superar el orden del rival. Vinicius protagonizó las mejores arrancadas, pero ni él ni Benzema consiguieron transformarlas en algo efectivo. Es bueno el brasileño, pero le falta saber frenar, encontrar el punto de tranquilidad al llegar al área. Cuando fue sustituido, el Bernabéu le aplaudió.

Con Vinicius a un lado y Rodrygo al otro, el equipo juega de otra forma. Son jugadores que piden el balón en profundidad y que quieren correr. Vinicius estuvo más atinado que un Rodrigo más apagado, sin capacidad para desbordar. Todos los jóvenes pasan por estos momentos. Después de la euforia inicial necesita pasar por partidos más valle,como contra el Espanyol.

No fue muy dinámico el Real Madrid, que sólo se desató algo más en la segunda mitad, cuando Valverde tuvo más espacio para correr y llegar al área.

Hay pocas dudas de que el uruguayo va a jugar en los choques importantes, pero tiene que elegir bien Zidane sus compañeros. Por lo visto, Casemiro y Kroos son los que más le gustan, pero el equipo también fue más veloz cuando Modric estuvo en el campo, ya al final. Tiene una semana Zidane para pensar qué equipo quiere armar para dos citas cruciales