Ciclismo

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El reto de Alejandro Valverde a los 40

El año pasado llegó con kilos de menos al Tour. Afina su preparación para llegar en forma a los Juegos

Alejandro Valverde, ciclista del Movistar
Alejandro Valverde, ciclista del MovistarMovistar TeamValverde

Alejandro Valverde cumple 40 años en abril. A esa edad la mayoría de los deportistas están retirados, incluso comenzado su carrera como técnicos o directores en el caso del ciclismo. Pero él siempre encuentra retos que le ilusionen. El de esta temporada son los Juegos Olímpicos, una carrera de un día, en un terreno exigente y con la dificultad añadida del cambio horario y el traslado de continente.

Pero su preparación no varía demasiado. «La preparación siempre se ve un poco alterada porque se trata de conseguir un pico de forma en un momento más marcado. El objetivo lo tiene claro, pero como todos conocemos el perfil de Alejandro y lo competitivo que es de cabeza desde el principio de temporada se trata de ir regulándolo para que siga estando a buen nivel pero luego consiga dar ese punto de más en la fecha de los Juegos», explica Mikel Zabala, el preparador del equipo Movistar. «El camino que se va a trazar habrá que ir viéndolo dependiendo de cómo haga el bloque de clásicas y habrá que ir modificándolo. La planificación es flexible», añade.

Valverde nunca ha descuidado su condición física, pero ahora que asoman los 40 se hace más meticuloso en la preparación. «Se ha cuidado siempre, pero en estos momentos más que nunca. Antes podía tener un desliz y dejarse engordar tres kilos y como tenía cuerpo y energía tirar para delante. Pero ahora si engorda tres kilos luego le pesa. Es lo que le permite estar ahí donde está todo el año», asegura Francisco Esparza, el traumatólogo que revisó su rehabilitación después de la operación de rodilla que sufrió hace dos temporadas. «Físicamente está entrenando ya y es consciente de sus condiciones físicas y de que si se relaja un poco, puede perder mucho con los años que tiene. Él está disfrutando de la bicicleta», añade. «Va como una moto».

«Con la edad hay gente a la que le cuesta mantener el peso, pero en el caso de Alejandro como es tan profesional, es tan meticuloso y se cuida tanto hay que decirle ‘‘oye, no te exijas demasiado’’ porque como él busca siempre la excelencia en todo se le puede ir un poco’’. Pero con él no hay problema», cuenta Zabala.

Cuida tanto de su preparación y de su alimentación que ni siquiera se permitió un exceso el día que ganó el Mundial. Mientras sus compañeros disfrutaban del champán y de las pizzas y de las hamburguesas de la cena, él comía arroz como si tuviera carrera al día siguiente y no acabara de conseguir el triunfo más esperado de su carrera.

«El año pasado tuvimos un problemilla de peso, pero fue por defecto, no por exceso. Llegó al Tour con un kilito menos de lo deseable. Hizo un fondo muy importante al principio de temporada, en pretemporada. Fue un pequeño experimento que si salía mal iba a tener su repercusión positiva para este año. De cara al Tour afinó casi un poquito de más. Llegó al Tour justito de peso. Luego recuperó un poco y fue como un tiro. Que es una de las virtudes de Alejandro. Y fue a la Vuelta a España y ya vimos la Vuelta que hizo», confiesa Mikel Zabala.

Valverde fue segundo en la carrera española, compitiendo casi hasta el final con Roglic. «Lo bueno de Alejandro es que no hay que pedirle nada, se lo pide él a sí mismo y hay veces que va un poco de ayuda, de acompañamiento, de gregario de lujo a alguna cita y al final acaba sacando las castañas del fuego. Eso ha pasado muchas veces», cuenta el preparador de Movistar.

Zabala no encuentra motivos para que se produzca un declive en el rendimiento de Valverde. «No veo por qué este año deba ser el del cambio. Si está en situación es el primero que da un paso adelante. No se arruga», dice.

Y la motivación de los Juegos es importante. «Es el año en que entra el pánico. Si te lesionas hace dos años, igual te has perdido el Tour, pero hay otro al año siguiente. Si te lesionas en año olímpico tienes que esperar cuatro años a ver si estás en condiciones y a lo mejor pierdes la única ocasión que tenías. Es un año de miedo, de pánico porque los deportistas piensan “si me lesiono, pierdo mi ocasión”. Y eso hace que arriesgues menos, que especules más o negocies más. Pero Valverde no es de especular, si le queda algo aprieta», asegura el doctor Esparza.

Para llegar ahí, la ruta de Alejandro está casi marcada. «Y el Tour no tiene por qué ser un mal camino para los Juegos. Es más bien cómo se gestiona el camino que el camino en sí», asegura Mikel Zabala.