Dakar
Los multimillonarios del Dakar
Al Attiyah, doble campeón de la prueba, no es el único que elige esta manera de pasar las “vacaciones”
La caravana del Dakar reúne cada año a los mejores pilotos de rallys fuera de pista, pero también a multimillonarios que, atraídos por el misticismo de correr el rally más duro del mundo, gastan parte de su fortuna en cumplir ese desafío.
Algunos lo hacen por mero capricho, otros por su afición por los deportes de motor y con la firme intención de labrarse una carrera paralela al mundo de los negocios.
En cualquiera de los casos, inscribirse para correr el Dakar exige un alto presupuesto, que puede llegar hasta el medio millón de euros si se hace en la categoría de camiones, pues además de la inscripción del vehículo también hay que llevar repuestos, mecánicos y vehículos de asistencia, lo que encarece mucho esta carrera.
Probablemente el piloto del Dakar más rico sea Yazeed Al Rajhi, miembro de una de las familias más poderosas de Arabia Saudí, propietaria del Banco Al Rajhi, uno de los mayores de Oriente Medio, entre otros negocios.
La fortuna del patriarca de la familia, Sulaiman Al Rajhi, está calculada en unos 2.100 millones de dólares, según Forbes. El propio Yazeed Al Rajhi dirige una compañía familiar de inversiones en sectores como el inmobiliario y el energético, cuyo capital es de unos 1.150 millones de euros.
A pesar de la enorme fortuna de su familia, Al Rajhi corre el Dakar y el mundial de rallys no por capricho sino porque realmente es rápido, como en su debut en 2015 en el Dakar, donde casi llega al podio.
Tampoco se queda atrás Nasser Al Attiyah, doble campeón del Dakar, medallista olímpico en tiro y perteneciente a una de las familias más ricas de Catar, por ser primo del actual emir de este país, Tamim Al Zani, cuya fortuna está estimada en unos 2.400 millones de dólares.
En la misma línea está Kalid Al Qassimi, miembro de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos, con una fortuna personal estimada en 82 millones de dólares.
Un caso también similar es el del saudí Yasir Seaidan, hijo del dueño de una importante empresa con más de 80 años de tradición en el sector inmobiliario, que en su debut en el Dakar fue tercero en la tercera etapa de esta edición,
Del mundo empresarial también viene el argentino Orlando Terranova, el piloto de coches que se puso líder de la carrera tras la segunda etapa, algo que le sucedía por segunda vez en su carrera y la primera fuera de Argentina.
Su familia posee el Grupo Terranova, un conglomerado empresarial que concentra el medio MDZ Online y la compañía Publicidad Sarmiento, una de las más importantes del país al manejar gran cantidad de carteles publicitarios en vías públicas.
Al contrario de otros empresarios, Terranova está subido a su coche durante casi todo el año, al volante del Mini 4x4, con el que suele correr el circuito internacional de rallys fuera de pista y el Dakar desde hace once años, cuyo mejor resultado es el quinto puesto de 2014 y 2015.
Otro habitual del Dakar es el holandés Kees Koolen, fundador del portal viajes Booking, cuya fortuna en 2013 estaba calculada en 115 millones de euros.
Koolen está en su undécimo Dakar, el primero en un UTV (buggy ligero), después de haberlo hecho una vez en moto, otra en camión, tres en coche y cinco en quad. Presume de haberse roto 22 huesos y haber perdido momentáneamente la memoria en un accidente.
Desde Holanda también participa Erik Van Loon a bordo de un Toyota Hilux de la estructura de Overdrive, cuyo coste de alquiler se estima en alrededor de 800.000 dólares. El empresario encabeza el Grupo Van Loon, especializado en alimentación, cuyo volumen de negocios en 2017 rozó casi los 600 millones de euros.
También con un Toyota Hilux alquilado corre su compatriota Maik Willems, propietario de una cadena de hoteles con 34 establecimientos y más de 3.000 camas repartidas entre Alemania y Holanda.
Sin ser herederos de grandes fortunas o de emporios empresariales, también hay emprendedores que cuentan con exitosos negocios de menor entidad, pero con los suficientes réditos como para permitirse correr el Dakar.
Es el caso por ejemplo del sudafricano Wessel Bosman, que regenta la única estación de esquí con hotel incluido en África, ubicada, en Lesoto. "Sí, el Dakar para mí son una vacaciones caras", comenta.
Otros empresarios que también están corriendo la actual edición del rally son los brasileños Lincoln Berrocal y Reinaldo Varela, propietarios de una joyería y una cadena de restaurantes.
También el argentino Omar Gandara, que dirige una clínica; el holandés Peter Van Merksteijn, que regenta una empresa fabricación de estructuras de acero para construcción; o el francés Philippe Boutron, empresario y presidente del club de fútbol Orleans.
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