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Dos estrategas, Nadal y Djokovic, y un creativo, Federer

Nadal, zurdo de mano; Djokovic y Federer, diestros, pero ¿y de ojo? Jofre Porta, director de Global Tennis Team, explica que todos tenemos uno dominante que marca la personalidad y que en el tenis afecta de base a la táctica y la técnica

Tennis Australian Open 2020
Nadal y Carlos Moyá, durante un entrenamiento en el pasado Abierto de AustraliaSCOTT BARBOUREFE

Una prueba: ponga las dos manos juntas dejando un hueco entre ellas por el que vea un objeto a siete u ocho metros. Acerque las manos hacia usted sin dejar de ver el objeto. Si van hacia su ojo izquierdo, quiere decir que ése es su ojo dominante. Y si van al derecho, al revés. Podría parecer una cuestión anecdótica, pero no lo es, ni para la vida ni para el tenis. «El ojo tiene mucho que ver con la personalidad, y la personalidad tiene mucho que ver con cómo entender el tenis, sobre todo a nivel táctico y emocional», cuenta Jofre Porta, director de la academia Global Tennis Team y experto en lateralidad. «Los que tienen el ojo izquierdo dominante (está conectado al hemisferio contrario del cerebro) suelen ser más intuitivos, lo que quiere decir que son más creativos en el juego, pero a nivel táctico son desordenados y les cuesta seguir un plan estratégico a largo plazo, porque se aburren: llevado a un grado extremo, van jugando sobre la marcha y les tienen que ir recordando el plan. Los de ojo derecho, en cambio, son jugadores a priori estratégicamente muy potentes, pero les cuesta cambiar el plan», añade uno de los hombres que influyó, consultado por el tío Toni, en que Rafa Nadal terminara jugando al tenis con la zurda (la mano), cuando es diestro para todo lo demás. «Es muy claro [sigue con la explicación anterior], Rafa puede estar todo un partido tirando bolas altas al revés del contrario y si va ganando va a estar ahí, no se pone nervioso. Mientras que Carlos [Moyà, el entrenador de Nadal] o Federer tienen que ir cambiando, porque no son capaces de meterse en un patrón todo el rato. Las dos cosas tienen su parte buena y su parte mala», analiza Porta.

Nadal, por tanto, tiene dominancia de ojo derecho, lo mismo que Djokovic, mientras que en Federer manda el izquierdo. Los tres están a punto de comenzar la gran batalla por el Abierto de Australia, el primer Grande del curso. «Si eres diestro o zurdo de ojo nos da un perfil a priori de cómo es un ser humano, lo que pasa es que evidentemente el entorno marca muchísimo y no es lo mismo nacer en una favela en Brasil a hacerlo en Japón. Hay estudios que dicen que la capacidad plástica del cerebro puede cambiar hasta un 45 por ciento el carácter de una persona, por eso esto nunca es definitivo», asegura Porta. El siguiente elemento a añadir es la mano con la que jueguen. Si es la contraria al ojo dominante, como el caso de Nadal (ojo derecho, brazo izquierdo) o Federer (ojo izquierdo y brazo derecho), estamos hablando de un jugador cruzado; si es la misma, como Djokovic (ojo derecho, brazo derecho), es un tenista homogéneo. «En los cruzados, el ojo que manda queda enfocado delante en el golpe de derecha, por lo que tienen más facilidad para darlo. Eso no quiere decir que sea mejor, porque casi siempre el golpe de derecha es mejor, pero sí que tienen más facilidad. En los homogéneos, el ojo dominante queda en la parte de atrás en la derecha y esto produce que tenga que jugar más abierto y que no sea tan natural. Con Federer o Rafa la derecha es un espectáculo, en cambio con Djokovic y con Murray el espectáculo es en el revés, porque les queda el ojo dominante delante», analiza Jofre Porta. Algo parecido sucede con el saque: para servir con efecto liftado la bola se suele lanzar un poco más encima de la cabeza, «y los cruzados tendrán más facilidad porque ves la bola más delante». Si el efecto que se quiere dar es cortado, el lanzamiento de la pelota es un poco hacia el otro lado, por tanto «es más fácil para los homogéneos». «Evidentemente luego encuentras un zurdo como Rafa que tiene la obligación estratégica de jugar el cortado abierto, por lo que puedes acabar modificándolo... Ya hemos hablando de la plasticidad cerebral», prosigue.

«Los jugadores de ojo derecho dominante son más estables, los de ojo izquierdo son “up and down”. Ser estable en tenis está muy bien, pero también, por ejemplo, cuando Federer comete un error de estos flagrantes, en tres golpes se le ha pasado. El tenista de ojo derecho hará menos errores de perogrullo, pero estará pensándolo más en el tiempo. A nivel emocional el ojo derecho tiene ventaja... En cambio, en los momentos extremos, en principio, porque en jugadores tan buenos todo cambia un poco, aunque siempre queda algo, los tenistas de ojo izquierdo son más libres para no tener miedo, están medio zumbados, en el buen sentido», insiste el director de la Global Tenis Team. «Los homogéneos juegan muy cómodos la derecha paralela y el revés cruzado, pero no les molará nada tener que cruzar la derecha en momentos de tensión. En niños se ve muy claro, a este nivel ya se nota menos, pero Djokovic, por ejemplo, era un jugador que abría muy bien al lado izquierdo del contrario, al lado del revés, pero finalizar en el lado derecho le costaba... Aunque esto ya lo ha solucionado», cuenta Porta.

Hace años, un porcentaje alto de los «top» del tenis eran cruzados, ojo izquierdo y brazo derecho. «Pero esto ha ido cambiando y hoy en día Murray, Djokovic o Ferrer son ojo derecho. Los ojo izquierdo en la élite también han bajado... Mi lectura es que los ojos izquierdos son más hábiles, pero hoy en día juega tan bien todo el mundo que la habilidad ha perdido peso y lo ha ganado el talento estratégico», concluye el entrenador catalán.