Fútbol
El Real Madrid puede con la fe de Unionistas 1-3 en la Copa del Rey
Bale marcó primero; empató Álvaro Romero y Brahim, después dio la victoria
Eestos partidos de Copa del Rey están llenos de trampas para los equipos grandes. Si ganan es porque es lo que tenía que hacer, por presupuesto, por categoría, por diferencia de plantilla y por mil cosa. Son victorias que no se pueden celebrar. Quizá por eso Bale ni sonrió cuando marco su tanto, pese a que llevaba más de cien días sin hacer un tanto. O quizá fuera por otra cosa, porque está enfadado por algo. El galés es un misterio, inexplicable.
Si los equipos grandes ganan, nadie lo agradece. Pero si pierden tampoco valen la excusas. Y las hay, porque el Real Madrid se encontró ayer un campo pequeño, frío y donde el bote de la pelota es irregular, no está claro hacia dónde va a salir. No es fácil controlarla y es complicado ser preciso en un campo así, y más con un rival que te aprieta porque este partido es su vida. Por eso Zidane hizo algunas concesiones, con Areola en la portería y dando la titularidad a James, pero planteó un partido con Casemiro y Valverde en el centro del campo. Si es pareja juega junto es que la cosa va en serio. Ambos dan seriedad y equilibrio en todo lo que hacen.
Por eso al conjunto de Primera le salió un partido serio, difícil y no bonito, porque era complicado y casi imposible jugar bien, pero sí serio, con el control de la situación casi siempre. Venía avisado de lo que le había sufrido el Barcelona en Ibiza y no permitió, al principio, ningún despiste.
Un centro desde la izquierda lo conviritó en gol Bale tras bajar el balón con el pecho. Fue en los primeros diez minutos y eso dio tranquilidad a los de Zidane y bajó un poco la temperatura de los locales. La proeza, ya con el empate a cero, era imposible,se convertía en un milagro cuando el encuentro apenas había empezado.
Pero los locales, con un campo entusiasmado, nunca lo dejaron de intentar. Era su noche y había que morir en este encuentro. Nunca perdió la cara del choque, nunca dejó que el Real Madrid jugase con comodidad.
Y cuando tuvo su oportunida, marcó un golazo. Y de repente, creyó en todo, que sí se podía y que no era una frase hecha.
Pero duró poco la alegría: este Madrid es muy serio y tiene recursos. Bale tuvo que ser sustituido porque cojeaba y salió Brahim, dispuesto a hacerse un hueco en el once o a dejarse ver al menos tras una campaña un poco oscura. Con fortuna, marcó y aunque Unionistas tuvo otra, el Madrid no dejó escapar el choque, porque Brahim hizo otro más.
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