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Kobe Bryant

Los Lakers vuelven con el espíritu de Kobe Bryant

LeBron James rememoró al escolta fallecido en una acción con Pau Gasol en la final de los Juegos de Pekín

NBA: Los Angeles Lakers-Media Availability
DeMarcus Cousins lanza en el primer entrenamiento de los Lakers después de la muerte de Kobe BryantRobert HanashiroReuters

Los Lakers están obligados a pasar página. Es la ley de vida en la NBA. El margen de error es mínimo y mantener el tipo para el partido de la madrugada del sábado (hora española) ante los Portland Trail Blazers es una obligación. La teoría está clara, pero la práctica es otra cosa. La salida del desasosiego se está ejecutado en tres fases: el luto del lunes, la catarsis del martes y el baloncesto del miércoles en adelante. Así han empezado a curar una herida que tardará en cicatrizar un tiempo indeterminado entre el ahora y el nunca. Ayer fue la primera sesión intensa de entrenamiento desde el trágico accidente de helicóptero que acabó con la vida de Kobe Bryant, su hija Gianna María y siete personas más. La sesión estuvo marcada por la presencia de LeBron James, que trató de poner buena cara al drama. Durante la mañana, se le vio jugando al fútbol con algunos ejecutivos de Nike en un campo contiguo al UCLA Health Training Facility, el lugar donde se entrenan los Lakers. Después, participó junto al resto de sus compañeros en un partidillo antes de finalizar con una serie de tiros libres. Acto seguido se retiró al gimnasio con una sonrisa cómplice dirigida a Anthony Davis y flanqueado por una vitrina de cristal que cuenta con 10 de los 16 campeonatos de los Lakers. Si este es el año del decimoséptimo anillo, hay que honrar a Kobe con fortaleza y excelencia.

El entrenador del conjunto oro y púrpura, Frank Vogel, fue el encargado de expresar el sentir del vestuario ante la pérdida de Kobe. Lo hizo con cara de circunstancias, pero consciente de que su labor es la de hacer que la plantilla se recomponga de esta circunstancia con baloncesto del bueno, del que le gustaba a la «Mamba Negra». «Queremos representar lo que era Kobe. Siempre hemos querido que estuviera orgulloso de nosotros y eso no va a cambiar», afirmó Vogel conteniendo la emoción ante las preguntas más sensibles.

Para llegar enteros y con ánimo de sonreír a su primer entrenamiento, el grupo tuvo que pasar por la fase de catarsis del martes.

Jugadores y cuerpo técnico se reunieron para almorzar en las instalaciones del equipo. Quisieron darse la oportunidad de recordar historias del pasado con el fin de encarar el futuro. Allí, LeBron tomó la batuta con un relato que quedará grabado para los anales de la historia del baloncesto: rememoró los Juegos Olímpicos de Pekín, cuando Estados Unidos y España se midieron en la final. Se trataba de un duelo cargado de emotividad entre dos compañeros de equipo que acabarían siendo elevados al ámbito fraternal, Kobe y Pau Gasol. James relató con sorna el momento en el que el español se preparó para hacer un bloqueo en los compases iniciales y la «Mamba Negra» fue hacia él con la potencia de un tren de alta velocidad. Fue una manera de poner a prueba al pívot, que ese mismo año había llegado con los Lakers a las Finales donde cayeron ante los Celtics de Boston. A Gasol le catalogaron de blando y Kobe quiso ponerle a prueba. Aquél fue un mensaje de la leyenda de los Lakers, un toque de atención para que Pau fuera más sólido en defensa. El relato de LeBron continuó con un detalle que arrancó las sonrisas de los presentes: el primer día de entrenamiento de la temporada siguiente, Kobe colocó la medalla de oro en la taquilla de Gasol. El resto es historia e incluye dos anillos de campeón de la NBA.

Es el Kobe que quieren recordar dentro de la organización, el que retaba a sus compañeros y rivales para hacerles mejores. Ésa fue precisamente la medicina que él mismo probó de Michael Jordan. La muerte del escolta ha llevado a la franquicia a un estado de shock inevitable, pero solo su legado y su figura les ayudarán a levantarse. No queda otra en un año en el que el grupo tendrá una fuerza añadida para sacar adelante la que está siendo la mejor temporada de los últimos años. Ayer, durante el entrenamiento, la persona más cercana a Bryant que se encontraba en la pista era Rob Pelinka, agente del jugador durante décadas y actual manager general de los Lakers. Su rostro reflejó cansancio, pero su continua sonrisa evidenció sus ganas de ponerle buena cara al drama. Es el sentimiento que prima en una plantilla que no quiere mostrar al mundo su debilidad, sino una fortaleza mucho mayor que la que tenían antes del domingo en honor a Kobe.