Un funeral de Estado y las lágrimas de LeBron James

Fue monumental. El homenaje que Los Angeles Lakers, en realidad toda la NBA y todo Estados Unidos, dedicó a Kobe Bryant antes del partido entre los Lakers y los Trail Blazers de Portland fue conmovedor. Algo nunca visto en la historia del deporte estadounidense. La franquicia californiana vistió con el 8 y el 24 cada uno de los 19.060 asientos del Staples Center. Situó unas coronas de flores con los números de Kobe en el centro de la pista y el “remembering Kobe”, televisado a nivel global, fue el mejor homenaje posible para el escolta.

En la grada destacaban dos asientos. Uno llevaba la camiseta número 2 del Mamba Team y el otro el 24 de los Lakers. Eran los lugares donde Kobe y Gianna estuvieron sentados en su última comparecencia en un partido en L. A. Los homenajes musicales protagonizados por Usher, Leonard Cohen de fondo, y el himno de Estados Unidos cantado por parte de Boyz II Men fueron emocionantes. En el marcador del Staples aparecieron imágenes de Kobe en el instituto, del día que fue elegido en el draft, del debut con el número 8, de partidos contra Jordan, del concurso de mates, de su debut con el 24, del primer anillo, del segundo, del tercero, del cuarto, del quinto, abrazado a Shaquille O’Neal, a Magic Johnson, a Pau, el día de los 81 puntos, el día de los 60 en su despedida, el primer oro olímpico, el segundo, el día en que se colgaron sus dos camisetas, como entrenador del equipo de su hija, como padre de familia... Y todo ello salpicado de declaraciones suyas hablando del esfuerzo y del trabajo duro.

Con el nombre de los fallecidos en el accidente por riguroso orden alfábetico, el protagonismo volvió al centro de la pista. Hubo 24.2 segundos de silencio en homenaje a los dorsales de Kobe y su hija y llegó el esperado momento de la aparición de LeBron James. La estrella de los Lakers, como muchos compañeros, no pudo evitar las lágrimas. Salió al centro de la pista, nombró a las víctimas y tiró al suelo el papel que llevaba. Habló con el “corazón roto” de la “importancia de la familia, de la sangre, sudor y lágrimas que se dejó Kobe como laker durante 20 años, de continuar su legado hasta el final de su carrera...”. Y se abrazó a sus compañeros después de recordar a su hermano mayor. Fue el colofón al monumental homenaje que los Lakers dedicaron a su leyenda y que no pudieron prolongar en el partido.

Los Blazers, con unos enormes Damian Lillard (48 puntos, 9 rebotes y 10 asistencias) y Hassan Whiteside (30 puntos, 12 rebotes y 5 tapones), se llevaron la victoria del Staples Center. LeBron James (22 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias) y Anthony Davis (37 puntos, 15 rebotes y 6 asistencias) no fueron suficientes para cerrar el homenaje a Kobe con una victoria, aunque eso fuera lo de menos.