Penalti sí, pero autocrítica también

A ver si lo digo con rotundidad. Casemiro le hizo un penalti clarísimo a Morata en el Santiago Bernabéu y ni el árbitro lo pitó ni el VAR le avisó, por aquello del «protocolo fantasma» ese que tiene enloquecidos y al borde de un ataque de nervios a un montón de clubes (entre ellos dicho sea de paso al Real Madrid, que clamó también con justicia cuando aquel penalti a Vinicius, el de «OK José Luis», ¿recuerdan?), a muchos entrenadores y a un aluvión de jugadores. Fue una jugada decisiva con 0-0 en el marcador y en el momento de dominio y mejor juego del Atlético. Pero dicho esto...

Reflexión seria Conviene que todo el mundo en el planeta rojiblanco haga reflexión y un ejercicio tan sano como feroz de lo que está pasando esta temporada con un equipo renovado y nuevo sí, pero que camina de fiasco en fiasco de la misma manera que lo hizo la pasada con la vieja guardia «cholista» que se fue. En el primer tiempo del derbi estuvo bien, con un Morata imperial, pero su cambio a los cuatro minutos del segundo tiempo por unas molestias hizo que todo se viniera abajo como un castillo de naipes.

Ilusión rota y otra plaga El problema del Atlético no estaba en el Bernabéu, no, sino en haber tirado la Liga en Eibar y contra el Leganés y la Copa del Rey contra la Cultural Leonesa, un Segunda División B. Y así toda la presente campaña, lastrada además por un número de lesiones que asusta, ya van 20, casi la mitad de las 45 del año anterior. Casi el mismo número de goles que lleva el equipo: 22 goles en 22 jornadas. Se ha perdido la ilusión, se está perdiendo a un talento como Joao Félix y queda agarrarse al milagro de noquear al Liverpool en Champions, pero la radiografía real es de UVI. Y ocultarlo o maquillarlo no le hacen ningún favor ni al club ni a la afición.