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Messi se nubla ante el gol

Pese a su falta de puntería, sigue siendo el más decisivo: ha asistido en los cinco últimos tantos del Barça

Messi, líder en la reunión antes de los partidos y también en el campo
Messi, líder en la reunión antes de los partidos y también en el campoMARCELO DEL POZOREUTERS

Leo Messi volvió a ser el hombre del partido en el triunfo del Barcelona ante el Betis, pese a que una de las imágenes del argentino que más se repitiera fue la de llevarse las manos a la cara y después agarrarse el pelo. Algo así como un: «No puede ser». Joel le paró el primer tiro con la derecha, el segundo con la izquierda y el tercero de nuevo con la diestra. Su cuarto intento fue tratar de repetir la vaselina que el año pasado le sirvió para salir aplaudido del Benito Villamarín. Esta vez se marchó fuera por poco... Y Messi se tapó la cara, se llevó las manos a la cabeza... Era el vigesimoséptimo disparo seguido en Liga en el que el «10» no acierta con la portería del rival. Y está teniendo ocasiones claras, pero la puntería le falla. Lo intentó todo la estrella barcelonista para conseguir el gol contra el Valencia, el Levante y el Betis, pero se quedó en blanco en esa estadística. Tres partidos seguidos sin anotar que no suponen un problema agudo para los azulgrana porque a cambio Leo se ha convertido en el pasador ideal. Los últimos cinco tantos del equipo han partido de sus botas: los dos al Levante y los tres del Villamarín. Ansu Fati dos veces, De Jong, Busquets y Lenglet han estado al otro lado para rematar el centro del argentino. «Con un jugador como Messi sabes que si corres al lugar adecuado te va a poner la pelota allí», afirmó el centrocampista holandés después de firmar su partido más completo desde que viste la camiseta del Barça.

En los cuatro partidos de Liga que lleva Quique Setién al frente del campeón, sólo en el primero logró marcar el argentino: fue el 1-0 contra el Granada. Ni en jugada ni de falta ha encontrado después el premio de la portería. Incluso a veces se le ha visto algo obcecado, precipitado en el lanzamiento, cuando lo normal es que los balones lleguen a la red tras un toque sutil, colocado y con intención. Lo que sí está el zurdo es muy participativo en el juego. Setién lo sitúa en una posición de ataque en la que tiene mucha libertad. A veces parte más desde la derecha, pero más o menos tiene libertad de movimientos y en muchas ocasiones pisa el centro del campo para ayudar en la elaboración. Contra el Athletic o contra el Betis, que presionaron mucho y muy arriba, para obligar a Ter Stegen a sacar en largo, el «10» asomaba hasta su propio campo para intentar ganar ahí superioridad de hombres y poder salir con el balón jugado. Fue una solución a veces, pero la dificultad estuvo ahí y Quique Setién debe seguir dándole vueltas al asunto. Los problemas de profundidad que mostró el equipo en el arranque del nuevo técnico los va puliendo, aunque en defensa sigue siendo frágil.

Pese a estos tres últimos encuentros, Leo se mantiene como Pichichi de la Liga (también es el máximo asistente, con once «regalos»), aunque arrancó tarde la temporada. Se perdió las cuatro primeras jornadas, jugó sólo la mitad del tiempo en las dos siguientes y tampoco pudo estar en Getafe por unos problemas en los aductores. Desde la jornada 8 (Sevilla), hasta la 23 ha participado en todos los encuentros del campeonato doméstico, y todos los minutos.

Sus 14 goles (uno más que Benzema) son pocos comparados con los 21 de la temporada pasada, los 20 de la anterior o los 19 de tres cursos atrás. Para lo que sí hay que retroceder mucho en el tiempo es para encontrar cuatro jornadas de Liga consecutivas de Messi sin conseguir un tanto. La racha de tres de ahora ya la tuvo en la campaña 2017/18 dos veces, en la 15/16 una y en la 14/15 otra. En la 13/14 sí estuvo cinco jornadas en blanco, a las que unió otras cinco lesionado y después tres más en su reaparición. El Getafe será el próximo rival en intentar que Messi siga acumulando minutos sin acertar con la portería contraria. Será el duelo del tercero contra el segundo.