Un día en Las Heras, el barrio pobre del que se marchó Messi hace 20 años

Leo Messi se encuentra desde hace 20 años a más de 10.000 km de distancia de su barrio, Las Heras (Rosario, Argentina). Un lugar al que muchos catalogan de “peligroso” y “de los más pobres de Rosario”. Sin duda, un sitio cuanto menos difícil para empezar a jugar al fútbol debido a los escasos recursos materiales,económicos y humanos que todavía persisten.

Todo el mundo nos recomienda ir a visitarlo por la mañana antes de las 15:00 y siempre acompañados por alguien de la zona. Newell’s (primer equipo profesional de Messi) es quien nos pone en contacto con uno de los vecinos, quien prefiere no desvelar su identidad, para que actúe como ruta.

La manera más sencilla y menos peligrosa de llegar desde la estación de Rosario es en taxi. “No es la zona más amigable para hacer turismo. Debéis tener cuidado y saber bien a lo que fotografiar. Los vecinos son acogedores, pero también hay gente de fuera. Hay que saber diferenciar”, nos advierte el conductor.

El recorrido apenas alcanza los 15 minutos. Eso no evita que la sensación de incógnita se apodere de nosotros nada más llegar. Parece increíble que de esos callejones saliese hace más de 30 años una leyenda del fútbol: calles antiguas, viviendas sin reformar y gente muy mayor que vacía cubos de agua sucia a la calle.

Nuestro acompañante llega en coche y nos sube rápidamente. "Este barrio es picante si no se va con alguien de aquí. Los vecinos nos conocemos todos, pero hay filtradores de otros sitios que están atentos de los turistas. Solos no podéis estar", advierte.

El ambiente que se respira es meramente futbolístico: el asfalto está pintado con los colores de Argentina y rebordeado con el dorsal '10' gracias a la iniciativa de sus vecinos. La gente que reside en las pequeñas viviendas cercanas a los Messi son los mismos. A diferencia de otros lugares, si por algo se caracteriza Las Heras es por ser un barrio familiar: la mayoría de las casas se van delegando a las futuras generaciones.

La primera parada es ‘La Bajada’. La sede donde los Messi cuentan con un equipo de fútbol al que juegan con amigos. Todos los integrantes de este club amateur vieron a Leo con el balón en ‘La Canchita’. Este terreno, ubicado a dos cuadras de la sede, era donde pasaba el rato Leo con sus amigos. Ahora, solamente se ven murales conmemorativos a su carrera. Lo que sigue sin cambiar es su primera vivienda, a la que muchos ya mencionan como “patrimonio de la humanidad”. Un pequeño chalet, ya antiguo y oxidado, que no ha sido reformado en ningún momento como reflejo de la humildad que desprendió Messi en sus inicios.

Los primeros trayectos de Leo por las pequeñas calles de Rosario los realizaba con su abuela Celia, a la cual dedica todos sus goles señalando al cielo. “Era un día soleado y Celia vino a por Leo y le dijo te voy a apuntar al fútbol. Fueron por esta Avenida de por aquí y le llevó al Grandoli, un pequeño equipo de fútbol baby. Sin pelos en la lengua, la abuela le dijo al entrenador que su nieto quería jugar, y tras mucha insistencia, nació la leyenda. Le daban un alfajor por cada gol que hacía. Como vieron que hacía muchos, le dijeron que le darían dos por cada uno que hiciera con la cabeza”, desvela uno de sus vecinos de la infancia.

Otras de las zonas más atractivas del barrio de Leo es la Escuela Nº 66 General Las Heras. Su primer colegio, donde estuvo de los cuatro a los ocho años, presume de su enseñanza con un mural enorme en la fachada principal. “Era un niño callado y tranquilo, pero siempre venía con un balón. Se le veía algo diferente cuando salía al recreo y tocaba el esférico”, desvela uno de sus profesores.

Sus vecinos más próximos de la infancia recuerdan que volverá a Newell's: "Sabemos que antes o después acabará aquí su carrera. Él ama al Barcelona, pero está muy pendiente de Rosario. Sería un orgullo terrible verle jugar con estos colores. Tenemos que hacerle una fiesta por todo lo que logró". Los que le conocen también tienen otro sueño: que el legado de Messi continúe con su hijo Mateo. "Es muy pequeño pero es un terrible jugador. Cuando se lo decimos a Leo se ríe porque aún está por hacer, pero tiene detalles para ser muy bueno. Parece que Mateo nació acá por su manera de ser y siempre que viene hace bromas", afirman.

Leo Messi lleva manteniéndose más de 16 años en la élite. Un presente histórico que contrasta con un pasado humilde en unas calles pobres repletas de gente que no llega a final de mes. Una vez al año, como mínimo, Messi suele volver a revivir su infancia por su querido barrio, aquel que le vio crecer hasta convertirse en la leyenda que es a día de hoy. Ya se cumplen 20 años de su adiós.