Real Madrid

Fútbol

La opinión de Cristóbal Soria: Perdónalos, «D1os»...

Soccer: La Liga - FC Barcelona v SD Eibar
Leo Messi fue muy duro con Bartomeu en la entrevista en la que anuncia que sigue en el BarcelonaMarc Gonzalez Aloma / AFP7Europa Press

En las últimas semanas, parecía que el deporte nacional era dar palos a «Su Santidad» Leo Messi. Cuando ocurren este tipo de circunstancias, ya sabemos muy bien lo que pasará después. Ya sabemos perfectamente que será cuestión de una semana o dos hasta que mi «Shiquetito de mis cosas y de mis carnes» les cerrara la boca. El pasado sábado volvió a deleitarnos con un nuevo pasaje de su Obra. Realmente somos todos unos privilegiados. Tenemos que estar agradecidos a la vida por muchas circunstancias y situaciones, pero también, y sobre todo, por haber tenido la inmensa suerte de ser contemporáneos de Lionel Andrés Messi Cuccittini.

El líder es muy favorito

En la previa del último partido del Barcelona, nuestro querido y entrañable Tomás Roncero, o lo que es lo mismo, la Madre Superiora del Real, escribía en redes sociales que no recordaba la última vez que Messi metía un gol. ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! El argentino, así como quien no quiere la cosa, le metió al Eibar nada más y nada menos que cuatro goles. ¡Un póker! Y quiero añadir lo que siempre me gusta comentar de los equipos: las sensaciones. El fútbol también son esas sensaciones, y si ahora mismo tuviésemos que apostar por un resultado para el inminente Clásico, creo que todos coincidiremos en que el actual líder de la Liga es muy pero que muy favorito para volver a humillar a los de «Sisú» en el Bernabéu.

Ya le han cabreado

Entre todos han cabreado a Leo Messi. Los «Bartomeu’s Boys», los árbitros, los Abidal, los Ángel, Loren o Lucas Pérez. Y, por supuesto, los gurús de la vikingada. Ahora no tendrán ningún hueco dónde esconderse, ninguna cueva a la que correr para buscar refugio tras el partido. Ya saben ustedes que yo me ocuparé personalmente de ellos. Pero mientras, me encantaría decirle al gran Leo: «D10S, perdónalos, porque no saben lo que dicen».