Copa del Rey

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El himno: el gran temor en la final de la Copa del Rey Athletic-Real Sociedad

El Athletic pasó frente al Granada en la semifinal y habrá final vasca en Sevilla

Granada CF - Athletic de Bilbao
Jugadores y aficionados del Athletic Club celebran el pase a la final de CopaMiguel Ángel MolinaEFE

El Estadio de La Cartuja en Sevilla acogerá el 18 de abril una final inédita de Copa entre la Real Sociedad (2 títulos) y el Athletic Club de Bilbao (23). Los dos equipos vascos nunca se habían encontrado en el partido decisivo y buscan un título que se les resiste desde la década de los ochenta. El último de los bilbaínos llegó en 1984 ante el Barça; el último de los donostiarras, en 1987 ante el Atlético. El Athletic perdió en el campo del Granada por 2-1, pero la victoria conseguida en San Mamés por 1-0 le dio el pase a una final que ya es histórica.

En la Federación existe el temor de que las ya tradicionales pitadas al himno y a la presencia del Rey Felipe VI se dupliquen por la presencia de los dos finalistas vascos.

El problema del himno es una constante en las finales del torneo de Copa cuando la han disputado equipos con algunos sectores de la afición independentistas. Cuando el Barcelona ha llegado a disputar el último partido de la competición y ha sido muchas veces, el asunto del himno ha sido un tema central antes y durante el partido. Desde 2009, exceptuando dos temporadas, a la final ha llegado un representante catalán (Barcelona) o vasco (el Athletic o Alavés).

Consideran que este encuentro, que se abre con el himno y la presencia del Rey en el palco es su mejor escaparate para vender sus ideas independentistas.

Pero lo cierto es que el ruido protagonizado por las pitadas cuando suena el himno antes de que el árbitro señale el comienzo del encuentro ha ido menguando según pasaban los años y perdía impulso el independentismo catalán. Llegó a convertirse en folclore, un tema con más ruido de previa, antes de que sucediese que luego en la realidad.

Y en los últimos años, el factor fundamental era la presencia del Barcelona, con parte de la afición apoyando el independentismo y con su presidente teniendo la mano muy ancho y en ocasiones, apoyando sin pudor que dentro del Camp Nou se pudieran poner pancartas con lemas independentistas.

La ausencia del Barcelona cambia un poco la dinámica de estas finales y es la presencia de los dos conjuntos vascos, dos históricos del fútbol español, la que pone incertidumbre a lo que pueda pasar el 18 de abril en el estado de La Cartuja de Sevilla, la sede de la final de la Copa del Rey para este y los próximos años.