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El Real Madrid se apaga y pierde frente al Betis 2-1
Sidnei adelantó a los locaes, igualó Benzema de penalti y Tello derrotó a los de Zidane
Sísifo subía la piedra a la montaña y cuando estaba a punto de llegar a la cima, rodaba cuesta abajo y tenía que volver a empezar. Pues eso es el Real Madrid. El Clásico fue hace una semana, pero el Real Madrid de la segunda parte de ese partido está a años luz de lo que se vio en el campo del Betis. El ánimo, el espíritu o la convicción de luchar por LaLiga se quedaron por el camino durante estos días de la semana y ahora, otra vez, vuelve a estar por detrás del Barcelona en la clasificación, obligado a remontar en España, como en la Champions, y con la incertidumbre de qué cara va a mostrar en cada partido. Es un misterio el papel del equipo de Zidane o lo que quiere hacer o cuál es su ambición. Combina días intensos con partidos donde la indiferencia se hace con todos sus futbolistas y nadie es capaz de romper esa uniformidad en la mediocridad.
Es un equipo inconstante, imprevisible, como son una incógnita sus alineaciones, con decisiones que no siempre se pueden justificar o entender. Sin Valverde, con un centro del campo con Casemiro, Kroos y Modric (ninguno de los dos acabó), el equipo deambuló durante gran parte de los minutos, como si no tuviera urgencias, prisa o hambre. No apareció en la primera mitad, sólo en la jugada del penalti y sólo mostró algo de carácter cuando el partido acababa y Mariano, ahora segundo delantero por delante de Jovic, ya estaba en el campo, dispuesto a rematar cualquier cosa: lo mejor es un balón, pero él va a por todo, como en la jugada en la que se llevó a Ramos por delante en la línea de gol rival.
Acabó el Real Madrid el partido volcado en el área rival, con el capitán de delantero centro, agónico, ya demasiado tarde para darse cuenta de lo que se le estaba escapando. Ha pasado de la ilusión que despertó la victoria contra el Barcelona al bajón que da no sacar ni un punto contra un equipo que no había ganado en las últimas cinco jornadas.
No hay nada como un partido contra el Real Madrid para recuperar la autoestima. Rubi, el entrenador bético, estaba en el alambre y con su victoria ante el conjunto de Zidane toma aire para los siguientes partidos y quién sabe si para impulsar a los suyos. Fekir se hizo con el partido para animar a la grada y romper al Madrid y menos en los minutos finales, el Betis pasó por el choque con muchísima tranquilidad, sin sufrir el empujón atrás que debería haber pasado si el Real Madrid hubiese sido el Real Madrid que se esperaba.
Con Marcelo en un lado y en el otro Militao y delante Lucas Vázquez, sin Valverde, el Real Madrid fue plano de principio hasta casi el final. Inseguro, además. Se equivocó Sergio Ramos en el primer gol, cuando quiso sacar la pelota y se la robaron. Incluso pudo hacer penalti. Dio igual: antes de buscar excusas, Sidnei había rematado ante un estupefacto Courtois, el mejor de los suyos, otra vez. Y eso empieza a ser un síntoma.
Tampoco estuvo fino Benzema en el segundo tanto, en un pase horizontal en el centro del campo, una de las prohibiciones que imponen los entrenadores. El balón del francés no fue a ningún sitio: no llegó Sergio Ramos y sí Tello, para dar la puntilla.
Sólo ahí despertó algo el Real Madrid. No lo había hecho ni con el empate. Fue la única vez que encontró a Vinicius, el único que le pone picante. No tuvo el mejor día el brasileño y sin embargo, volvió a ser decisivo en el ataque. Porque no hay mucho más. Benzema intenta hacer jugar bajando a juntarse con los centrocampistas, pero ahora no está claro que dé más luz. No se le ocurre nada más al Real Madrid para llegar al área contraria que dar un balón largo a Vinicius o poner balones en el área.
En una carrera del brasileño llegó uno de los penaltis más clamorosos de LaLiga. Justo antes del descanso, justo el momento para ponerse las pilas, el momento en el que suenan las alarmas y te agarras al partido y a LaLiga.
No lo hizo, para desesperación de sus aficionados. Apretó un poquito, pero sin ocasiones. En el Betis, Joaquín no marcó porque aún no sabe qué hizo cuando había regateado al portero. Pero Tello no falló la suya.
El Real Madrid vuelve a empezar. De nuevo.
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