Coronavirus. El ciclismo prioriza las tres grandes y los monumentos

La Unión Ciclista Internacional trabaja para rehacer el calendario ciclista. La última clásica que ha caído víctima del coronavirus es la Amstel Gold Race. Antes lo hicieron la París-Roubaix, la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja. Y mucho antes las clásicas italianas de marzo, la Strade Bianche y la Milán-San Remo. Y con ellas, el Giro.

Las posibilidades de disputar todas se complican y la siguiente carrera en temblar es el Tour. Por eso, la UCI intenta componer un calendario que se adapte a la nueva realidad. Ha suspendido cualquier carrera ciclista, al menos, hasta finales de abril. Y el límite para concluir la temporada es el 30 de noviembre.

En ese nuevo calendario que no se sabe cuándo se retomará la prioridad será para las tres grandes. La Vuelta es la mejor colocada, la última en el tiempo y la que dispone de más capacidad de maniobra. Después de las grandes irán los monumentos (Milán-San Remo, París-Roubaix, Flandes, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía).

La UCI no descarta que puedan superponerse carreras y acepta que los equipos adapten el número de corredores a sus posibilidades.