El escenario apocalíptico de la NBA

Se avecina un verano agitado. Sin Eurocopa y sin Juegos Olímpicos, pero... la NBA quiere concluir la temporada a toda costa. En los despachos de las oficinas de la Liga en Nueva York no se quiere saber nada de una temporada incompleta. Quiere un campeón y están dispuestos a sondear todas las opciones posibles para tenerlo. Y eso incluye adiós a los partidos que restan de la primera fase, encuentros a puerta cerrada, reducción de los playoffs e incluso una fase final con todos los equipos confinados en una misma ciudad y con los partidos disputándose en el mismo pabellón. Todo con tal de no dar la temporada por perdida.

Tal y como está avanzando la pandemia en los últimos días en Estados Unidos, la opción más factible es jugar sin público, en una sola ciudad para eliminar cualquier tipo de desplazamiento y con un férreo control de la salud de todos los jugadores, técnicos, árbitros... implicados. Desde la NBA ya han empezado a sondearse ciudades para la celebración de este atípico cierre de temporada. Ya suenan Las Vegas, Atlantic City, Hawai... e incluso Orlando, la única ciudad que cuenta con una franquicia en la Liga.

El sistema de competición también está a debate. La opción favorita ahora se basa en eliminatorias a tres partidos en lugar de cinco y siete encuentros. Esta fórmula dejó de utilizarse en 1983 cuando la primera ronda se decidía al mejor de tres partidos. La NBA da por descartado que se pueda completar la primera fase. Se valora que los equipos alcancen los 70 partidos, la mayoría está a cinco o seis encuentros de esa cifra, y que ese reinicio sirva como una minipretemporada. Y todo eso sucedería a partir de mediados o finales de junio para intentar en un mes tener la competición liquidada y de ese modo no invadir la próxima temporada.

En Toronto, por ejemplo, las autoridades han cancelado todos los eventos en la ciudad hasta el 30 de junio, pero eso no incluye a las ligas deportivas profesionales entre las que se encuentra la NBA. Los Raptors de Marc Gasol, Ibaka y Scariolo fueron precisamente los últimos ganadores del anillo.